La Fuerza Potter

Regreso a la "normalidad"

La primera prueba había acabado con una enorme sorpresa. Harry Potter se había convertido en la segunda venida de Merlin. Al menos así era como los periódicos lo estaban llamando tras su aplastante derrota contra el Colacuerno Húngaro.

Rita Skeeter había tenido un día de campo al escribir sobre todo lo que aconteció, sobre como Harry Potter galante, poderoso y sonriente había acabado con el dragón de un golpe. Escribiendo cosas como "¿Harry Potter el nuevo Dumbledore?" o "Harry Potter: El asesino de dragones". Sin duda la mujer estaba disfrutando de toda la atención y el revuelo que había generado las noticias acerca de Harry Potter.

Hablando de Harry Potter, no lo habían visto después de la primera prueba y ya había pasado una semana desde aquel acontecimiento. Las preguntas que rondaban las cabezas de todos, ¿era donde diablos estaba metido el chico?

Sabían que tenía que estar en Hogwarts por su aparición estelar en la primera prueba, era la respuesta más lógica. ¿Pero la pregunta era en que parte de la escuela se encontraba? Esa pregunta estaba en las mentes de todos los alumnos del gran comedor, que se encontraban desayunando.

Los días se habían vuelto una constante rutina que siempre era igual para Daphne Greengrass, se levantaba, se vestía, desayunaba iba a clases y luego volvía para irse a dormir y repetirlo de nuevo. Aunque una constante era, preguntarse en donde carajos estaba metido aquel bastardo de cabello negro y grandes brazos que había derrotado a un dragón con la mano desnuda. Harry Potter se había apoderado completamente de sus pensamientos, antes era como una estrella fugaz que pasaba por su mente sobre la cual mantenía un leve interés, pero ahora ese interés había crecido y estaba atormentando cada día de su vida, preguntándose en donde estará o que estará haciendo, o incluso preguntándose si el idiota había comido.

Como odiaba haberse interesado en Potter, de tantos chicos en Hogwarts tenía que haberse interesado en el niño dorado de Gryffindor? Era una absoluta idiota. Pero más idiota era ella que se encontraba esperando una señal de Potter o algo nuevo que cambiaría su rutina, pero todo era lo mismo. Aunque, la rutina de hoy sería completamente diferente por una repentina aparición.

Las puertas del gran comedor fueron abiertas bruscamente, el sonido llamó la atención de todos los presentes en el comedor. Las cabezas se giraron inmediatamente buscando a la fuente del sonido.

-(Por fin te dignas a volver...idiota)-Aliviada y feliz por dentro la rubia mientras mantenía su inexpresivo rostro y gélidos ojos azules enfocados en el recién llegado. Después de todo, el mismo hombre que reinaba y se apoderaba de sus pensamientos acababa de volver.

La felicidad de la reina de hielo de Slytherin, fue
compartida por la Hufflepuff de cuarto año de cabellos rojos que se encontraba mirando al recién llegado con una sonrisa en su rostro.

Estando de pie con una sonrisa de oreja a oreja, completamente sudado, con el cabello empapado, un uniforme maltrecho, marcas de lápiz labial en las mejillas y oliendo a una cantidad industrial de whiskey de fuego. Se encontraba Harry Potter, el joven de catorce años que acababa de derrotar a un dragón de un golpe.

-¡HOLA HOGWARTS! ¡PAPI ESTA DEVUELTA!-Estruendosamente Harry anunció su presencia entrando al gran comedor, siendo visto por todos con sorpresa. Primero por su asquerosa apariencia y segundo por lo que acababa de gritar.

-(¿Esta bien mentalmente?)-Blaise Zabini se preguntó así mismo, mirando a Harry Potter tratando de no reírse por la estupidez que acababa de gritar y por como lucía. El hijo de la viuda negra Zabini, estaba tratando de mantener su frío y calmado exterior, pero la estupidez gritada por Potter lo estaba tentando a reírse y mucho.

-¡Señor Potter! ¿¡Donde ha estado!? ¡¿Porque esta vestido así?! ¡¿Y porque huele a alcohol?!-Minerva McGonagall le preguntó molesta y preocupada al recién llegado alumno. Aquel alumno que no había visto por varios meses y que apenas vio hace una semana en la primera prueba.