•Tres•

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Sus miradas se apartaron de sus ojos para mirar a la puerta.

El rubio sacó su arma del cinturón y apuntó.
El pelirrojo agarró con fuerza las barras de metal que tenía.

Una persona se asomó. 

—¿Quién eres? —Preguntó Katsuki.

El susodicho no respondió.

—¡Es un no vivo! —Eijirō se relajó.— Le tengo más miedo a los vivos que a estos. —Le señaló con la barra.— Son lentos.

—Pero en grupo son más peligrosos. —Guardó el arma.— Con el tiempo evolucionarán, como cualquier puto virus.

Eijirō caminó hasta el cadáver y le atravesó la cabeza, Katsuki apartó la mirada.

—Te acabas acostumbrado. Este parece que ha muerto hace poco. —Limpió la sangre de la barra con una mano, que luego restregó en la pared para limpiarse.

—Repugnante... —Sacó un paquete de pañuelos desechables del bolsillo y se lo tiró.— Sé que este lugar es temporal pero que hagas eso es jodidamente asqueroso.

—Estoy acostumbrado a no tener recursos. —Sacó un pañuelo y después de limpiarse le devolvió el paquete.— Parece que tú sí.

—Nunca me ha faltado nada digamos. —Lo guardó.

—Que suerte. —Susurró.

—¿Y bien Eijirō? —Le miró, confuso por primera vez en días.— ¿Ahora qué?

—¿Tienes planes para seguir viviendo? —Preguntó sin saber a dónde iría la conversación.

—No planeo morir. —Le miró fijamente.

El pelirrojo dejó una barra apoyada en la pared y la otra la puso reposando sobre su hombro.

—Igual yo. —Sonrió. Es algo bastante obvio.

El rubio caminó hasta la puerta bajo la atenta mirada de su acompañante.

—¿A dónde vas? —Puso una mano sobre su hombro.

—A buscar un lugar para estar tranquilo. —Miró su mano y dio un paso para que la quitase de ahí.— No es buena idea quedarse al lado de una carretera cerca de la ciudad. —Apartó la mirada y señaló con la cabeza el camino que daba a la cabaña, cerca de la carrera.

—Pensé que te quedarías conmigo. —Se rascó la mejilla nervioso.

Katsuki le miró soltando el aire que llevaba en sus pulmones lentamente. Pensó en lo qué sería mejor para él.
¿Irse solo a buscar un lugar?
¿Quedarse con aquel pelirrojo que decía ser militar que sabía acabar con esas cosas?

Los ojos de los dos se encontraron, los de Eijirō parecían que brillaban aún más cuando se imaginó lo que elegiría Katsuki. Este último asintió.

—¡Sí! —Sonrió ampliamente cerrando los ojos.— Hacía una semana que no hablaba con nadie.

—Pensé que todos estaban muertos... Llevaba una semana sin ver a nadie por la ciudad, al menos vivo. —Se quitó la mochila y la escopeta del hombro. Caminó y las dejó detrás de recepción, algo escondidas.

—Eso es imposible. Ser el único hombre en pie del mundo... —Le miró serio.— Por ahora somos dos.

—¿Por ahora? —Estiró sus brazos y se dejó caer en el polvoriento mostrador.

—Si encontramos a alguien tendremos que ayudarle... —Le señaló con la barra.— Yo te encontré a ti.

—Fue un encuentro mutuo. —Le miró frunciendo el ceño.

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⏰ Última actualización: May 08 ⏰

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Not Dead Yet [Kiribaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora