❪ 📸 ❫ ❝ I KNOW PLACES ❞
... an Grant Gustin fanfiction
⸻ En dónde Jessamyn Ellis, una actriz intermitente con un trabajo de medio tiempo como educadora infantil, comienza a relacionarse con un actor que está a nada de terminar su co...
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capítulo dos ════════ » Ojos de color esmeralda «
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LA JORNADA DE AQUEL DÍA HABÍA SIDO simplemente exhaustiva. Jess se vió a si misma durante parte del día corriendo de un lado a otro mientras intentaba concentrarse al 100% en sus alumnos y las ayudas que estos precisaban, tal como siempre hacía.
Pero ese no era su día del mes. Nunca lo era cuando llegaban esos cuatro días en los que sangraba como si no hubiera un mañana, lo cuál lograba drenar totalmente sus energías y ánimos. Jodida fuera la creación y el momento en que decidieron que la mujer debía desprender la capa que recubría el interior de su útero, ante el hecho de que una fecundación no era llevada a cabo. Era aún pero el hecho de que la situación se repitiera cada mes.
Por lo menos, su jornada laboral había llegado a su fin, lo cual sin dudas agradecería a los cuatro vientos si no fuera porque de hacerlo la tomarían por la clase de persona que tenía un par de tornillos zafados.
Sus pies se movían con perspicacia y tranquilidad por las calles de la ciudad que nunca duerme. El sol aún golpeaba con fuerzas y era normal teniendo en cuenta que acababan de comenzar el mes en curso, el cual era Agosto. La situación se volvía más comprensible teniendo en cuenta que eran solamente las 15:45 de la tarde.
Los auriculares se encontraban instalados en el espacio de su oreja lo cual permitía que Already Over de Sabrina Carpenter se transmitiera por todo su canal auditivo. Su mano derecha se cernía sobre su celular y su bolso colgaba de su hombro izquierdo mientras que cometía la inmersión de si misma al parque que se encontraba a solo un par de cuadras de la escuela en la cual impartía clases.
Siempre hacía ese trayecto a la hora de volver a casa. Su departamento no quedaba tan lejos, y si es que lo hacía la verdad era que no le molestaba caminar, a menos que el día hubiera sido sumamente agotador, extremo al cual no había llegado aquel día.
Su celular vibró en su mano, y verificando que seguía el camino correcto de baldosas de cemento, siguió moviendo sus pies mientras que su mirada se veía atraída a su celular.
Allí pudo notar las reiteradas notificaciones del grupo que mantenía silenciado para que así el ruido de los mensajes no irrumpiera en clases. Sin embargo, el mensaje que acababa de llegar, era de su hermano.
