ᴄᴀᴘÍᴛᴜʟᴏ 3: ᴡɪʟʟɪᴀᴍ ʙʀᴏᴡɴ

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Cambiano i sogni con l'età ma non si cambia la realtà

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Cambiano i sogni con l'età ma non si cambia la realtà

Annie 90 – Mahmood ft. Fabri Fibra


—¿Dónde está mi padre, Will? —inquirió la niña con los ojos llorosos—. Los hombres con cascos...

Will desconocía el paradero del padre de Kat en aquel momento. ¿De verdad lo habían matado? Joder, todo era tan complicado. Tenía a su amiga dándole golpes en el pecho, desahogando su ira, y su tobillo, inflamado. No, nada de eso le hacía nada de daño, los puñitos de la chica tenían la fuerza de un soplo de viento y no era la primera vez que se rompía aquella zona del cuerpo. Lo que le destrozaba eran las amargas lágrimas de su Katty. ¿Cuánto habría llegado a ver?

Él corrió desesperadamente hacia el descampado cuando escuchó los disparos. Aquel día se había retrasado y cuánto lamentaría eso por los siguientes años de su vida. Llegaba tarde a recoger a la de cabellos cobrizos porque se había peleado con un compañero de trabajo, estaba cansado de los insultos continuos por su parte, así que se los devolvió a la salida de la fábrica en forma de puñetazos. Will solo recibió dos patadas en las espinillas antes de noquear a Matt, su eterno enemigo, y dejarlo en el suelo. Eso podría haber sido suficiente pero para él no.

Nunca había sido un chico violento, con dieciocho años en aquel momento, la vida le había enseñado que lo mejor era escapar de esas situaciones pero, ¿cómo iba hacerlo? Las constantes burlas acerca de su físico, de que no valía para nada, le sacaban de quicio y se habían hecho una gigantesca bola. Aquel día se decidió, después de muchos meses, a darle su merecido a aquel cabronazo. Matt ni siquiera era el jefe del pequeño taller mecánico, solo un revisor, pero se lo tenía muy subido.

Pocos vieron ese lamentable episodio, unos trabajadores del taller y un par de personas que pasaron de largo. Luego se escuchó un disparo y todos se asustaron. Matt estaba recibiendo la paliza de su vida, tenía el rostro ensangrentado y lleno de tierra y rogaba que parara. Will continuaba dándole patadas a su cara, tan cegado por la rabia que no escuchó ese disparo. Mientras, las personas de alrededor se dispersaron y nuevas comenzaron a pasar por los lados, huyendo a paso rápido. El segundo y tercer disparo sí que fueron escuchados por el joven. Se giró, aterrado, pero solo veía a grupos yendo de un lado para otro como pollos sin cabeza. Ningún Agente de la Paz para detenerlo.

Entonces se acordó de qué hora era. Kat le tendría que llevar esperando un buen rato y él, allí, haciendo aquella estupidez. No sería la única. Al volver a escuchar muchos más disparos salió corriendo dejando a Matt en el suelo de la entrada del taller donde poco después lo encontraría el dueño del taller. Justo iba en la dirección de la que todos escapaban, justo hacia donde estaba el lugar secreto de Will y Kat. ¿Y si alguno de esos disparos habían alcanzado a su amiga?

Su tobillo le pidió parar pero su cerebro y su corazón se negaron a atender esos dolores. Solo pensaba en Katty y en por qué había tenido que sucumbir a su lado más oscuro. También rabiaba en saber qué estaba pasando. El cielo encapotado comenzó a tronar en ese preciso instante, siempre llovía y siempre en los momentos más inoportunos.

𝐌𝐚𝐥𝐢𝐧𝐜𝐨𝐧𝐢𝐚 [FANFIC THE HUNGER GAMES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora