El mejor asiento y mensajes de salmón.

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El primer día de clases comenzó con un estrepitoso trueno para Yuuta.

"Eso sonó muy cerca," Okkotsu pensó mientras caminaba hacia el edificio número dos, observando las nubes grisosas sobre su cabeza.

El pronóstico del tiempo anunció fuertes lloviznas en el día, por suerte el día solo se basaría en clases y su salón estaba en el campus del colegio, así que no caminaría largas distancias con lluvia.

Yuuta residía en una habitación lejana a la residencia donde se encontraban todos los estudiantes, eso debido a que aquel fue el lugar original que le habían otorgado cuando recién entró al mundo de la hechicera.

Aunque Gojo mencionó que estaba terminando de negociar con los mandos altos para permitirle moverse hacia el edificio de los estudiantes, debido a que ya podía controlar sin problemas a su maldición y no sería un peligro para los otros.

Yuuta estaba fascinado con esa idea por dos motivos: Estaría más cerca de sus amigos, y había una alta posibilidad de ser vecino de Inumaki.

El fin de semana previo al inicio a clases se basó en maratón de películas con los de primer año y asistir a varias misiones para exorcizar maldiciones de bajos niveles.

Pero el domingo a última hora del día llegó un nuevo invitado al recinto, o mejor dicho dos invitados.

Geto e Inumaki llevaban las cajas de las pertenencias del menor hacia una habitación del lugar, en la cual residiría el joven por los siguientes meses.

"Me alegra saber que vas a interactuar con todos los demás," Geto había mencionado a Inumaki cuando observó como todos se encontraban reunidos en la sala, viendo una mala película de acción mientras comían del sushi barato que compraban en la tienda cercana.

Yuuta sin duda se alegró al notar que Inumaki se quedaría en aquella escuela ya que tendría oportunidad de encontrarlo más seguido, y así conocerlo hasta crear una amistad.

"Yuuta, llegaste temprano."

Enfrascado en sus pensamientos, Yuuta había llegado rápidamente hacia el edificio donde tomaba las clases y en la puerta encontró a Panda, quien también residía en los edificios de los alumnos.

"Buen día, Panda. Eso se debe a que estoy emocionado por las clases," Yuuta mencionó felizmente.

"¿Has conocido a nuestro nuevo, compañero? Lo tengo como vecino y es agradable, además de que me regaló unos dulces," Panda comentó mientras caminaban hacia el salón.

Yuuta suspiró, deseando que el pudiera ser vecino de ambos, "Lo conocí hace unas semanas. Me parece alguien interesante, además, ¿Has conocido a su maestro? Dicen que su poder es inmenso como el de Gojo-Sensei."

Panda alzó su oreja con atención, "Eso significa que es un hechicero de grado especial, justo como tú."

Los pasillos se encontraban tranquilos que, a parte de las voces de ambos, los pasos podían resonar fuertemente.

Nadie más se encontraba en ese edifico, ni siquiera los de primer año, quienes debían encontrarse en ese momento en el campo trasero para su practica de combate con el nuevo maestro.

Yuuta había escuchado rumores del personal sobre quien era Geto Suguru.

Claramente era alguien con gran poder. Era fácil intuirlo por la forma en la que la energía que poseía fluía en el interior de su cuerpo, aunque no era común como la que producían los demás hechiceros, pero parecían variar dependiendo su actitud.

A parte de ello, el había sido estudiante de aquella escuela. Había sido alguien que no ponía todo su esfuerzo en lo administrativo, pero si en la práctica, incluso algunos de los demás hechiceros reconocían su potencial sobre los demás.

Amor idílico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora