1 -Cambio de vida

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Cuando Leah llegó a la parada del autobús junto a la universidad, se sorprendió enormemente. Nada se parecía a lo que había imaginado. Había llegado sin haber visto fotos previas, temiendo lo peor, pero sus expectativas se desvanecieron en el acto. Se encontró en un vasto campus con torres que se alzaban hacia el cielo, era la viva imagen de un castillo medieval. Los jardines se extendían con una gigantesca amplitud, revelando gran atención al detalle en el cuidado del césped. Subió unas escaleras de piedra que desembocaron en un patio frontal, donde observó con asombro los detalles a su alrededor. Jóvenes de su edad ocupaban bancos o deambulaban mientras conversaban. Un atisbo de soledad la rozó por un momento, pero se disipó al instante y continuó su camino, decidida

Sorteó una fuente imponente en el centro del patio y la examinó de cerca, notando que una estatua de un hombre vertía agua por la boca, llenando la parte baja de la fuente.

"Geralt Fisher, fundador de Totoaba", rezaba la inscripción en la base de la estatua.

Leah se percató de quién era el hombre retratado y tras observarlo detenidamente, notó en el un sombrero peculiar y un parche en su ojo, dando la impresión de un auténtico pirata.

Volvió sobre sus pasos y se dirigió a las escaleras que conducían al edificio principal. Ante ella se reveló un vestíbulo gigantesco abarrotado de carteles que anunciaban el inicio de las clases.

—Venga ya, Grace. ¿De verdad te da igual? —escuchó Leah a una chica que se apoyaba en la pared mientras pasaba a su lado, pero apenas pudo ver más allá de su largo cabello negro.

—Solo es una clase más, nada especial —respondió otra chica que Leah pudo observar con claridad mientras avanzaba. Esta chica tenía el cabello rubio con mechas rojas en el flequillo, vestía de manera más modesta en comparación con su amiga de cabello negro, llevando una sudadera negra que casi le llegaba a las rodillas y pantalones vaqueros largos.

Leah decidió no interrumpir y continuó su búsqueda del despacho del director. A su alrededor, observó a gente interesante y más anuncios colgados en las paredes. Tras caminar durante unos minutos sin encontrar la puerta del director, se acercó tímidamente a una mujer que parecía ser profesora.

—Disculpe —dijo Leah—, ¿podría indicarme dónde se encuentra el despacho del director? Soy nueva aquí.

—Por supuesto —respondió la mujer con una sonrisa amable, transmitiendo la imagen de una profesora de mente abierta—. Sígame, la llevaré.

La mujer avanzó mientras señalaba puertas y pasillos, explicándole a Leah cómo funcionaba todo.

—Subiendo por ese pasillo encontrarás las aulas de artes visuales, como fotografía, videografía y cinematografía —le explicó—. En el otro extremo del edificio, encontrarás música y diseño gráfico. ¿En qué te has matriculado?

—Estoy en música, fotografía, cinematografía y literatura.

—Son asignaturas muy diversas. ¿Tienes una idea de lo que quieres ser en el futuro?

—Quiero ser escritora, pero cualquiera de estas disciplinas me sirve —respondió Leah con una risa—. Estoy emocionada por estar aquí.

—Se nota —dijo la mujer, revelando su nombre como Chloe Silver—. Soy la profesora de música, así que nos veremos más de lo que piensas.

—Un placer conocerte, señora Silver. Soy Leah Stone.

—Por aquí se encuentra la entrada al polideportivo y la piscina —dijo señalando al final del pasillo—. Y aquí al lado está el despacho del director. Buena suerte y nos vemos en clase, Leah.

Soledad en la multitudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora