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Aquí con la 2da parte ❤
¡Espero que les guste!
Día tres: tema libre.

...

...

Había decidido mantenerse alejado por unos días. 

No sabía que juego estaba jugando Mumyeong pero hasta tenerlo claro prefería esperar.

Tal vez el bufón se estaba vengando de haber sido contratado para perseguir a un yokai que no existía solo para que Jihwa tuviera una excusa para estar a su alrededor.

Tal vez lo que había ocurrido en su bosque había sido una amenaza, una forma de decirle que dejara de jugar. Debería sentirse enojado y furioso con eso pero aunque sus colas se esponjaron y se movieron rápidamente no fue por la sensación de enojo si no por los dejes de deseo que lo recorrían cada vez que pensaba en ese momento.

Para los Oni reducir a alguien así en el suelo probablemente era un insulto pero para los kitsune podía ser una forma de cortejo. 

Una forma de demostrar que alguien era lo suficientemente fuerte para estar a su lado, aunque también dependía del contexto.

El contexto entre él y Mumyeong no era tan bueno.

Jihwa frunció la nariz y miró su reflejo en su fuente. Ya no era un adolescente y no podía cometer los mismos errores de nuevo.

Esperaría dos semanas y le diría a Mumyeong que diera por terminado el trabajo.


...

Había sentido a Mumyeong salir y entrar de sus terrenos. 

Debía admitir que la primera vez se había asustado y había planeado ir a preguntarle directamente que era lo que planeaba pero el Oni había entrado de nuevo a sus terrenos pocos minutos después. Durante los siguientes días Mumyeong parecía quedarse en las fronteras, saliendo por un par de horas y luego volviendo a entrar.

A Jihwa le había dado mucha curiosidad y había querido ir a ver pero se aferró a su promesa de dejar al bufón en paz. 

También sabía que no había ninguna razón para esperar dos semanas pero de eso podía culpar a su lado juguetón. 

En cambio se concentró de nuevo en el pueblo. Revisó a las personas enfermas y escuchó los rumores, sabiendo que la mayoría se había recuperado. Por suerte no era una epidemia.

Después se dirigió a su pequeño lago escondido. Las personas habían dejado flores como ofrendas y habían flotado río abajo, quedándose en el lago donde desembocaba.

Jihwa tarareó mirando la pequeña cascada y desapareció su ropa antes de meterse al agua fría. Siempre era agradable, su cuerpo se estremecía por el frío pero rápidamente la sensación escapaba dejándole tranquilidad.

Pasó sus manos por su cabello y por sus orejas, caminando hasta que el agua llegó hasta su cintura y luego siguió hasta quedar debajo de la cascada. El agua lo salpicó y mojó, haciendo que algunas flores ofrendadas se enredaran en su cabello pero Jihwa se dio el tiempo de quitarlas cuidadosamente, poniéndolas en el lago tranquilo para que siguieran flotando.

Tal vez debería pasar más tiempo allí, le gustaba mucho pero sentía que venir todos los días o muy seguido le quitarían esa sensación. Era un pequeño premio, algo que se daba a sí mismo. Un lugar seguro donde los humanos no podían ingresar ni lo buscarían.

Se lavó lentamente, mimándose a sí mismo mientras masajeaba sus brazos y sus piernas, pasando sus manos por sus colas para sacarles el agua y moviéndolas sobre la superficie, sabiendo que podría secarlas en un parpadeo si quisiera. 

Cuando las cosas suceden (Mumyeong x Jihwa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora