MISTAKE //Lewandowski x Gavi //

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Claro, es posible que su rendimiento hubiera experimentado un ligero declive, ya que los asombrosos goles que solía anotar quizás no eran tan frecuentes como antes. Sin embargo, es probable que la situación no fuera enteramente responsabilidad suya. Quizás si Pablo no insistiera en ser follado antes de cada partido él no estaría tan cansado en la cancha.

Gavi llegaba al vestidor y se subía a su regazo, todo bien hasta ahí, el problema empezaba cuando el menor se restregaba sobre él como si fuera una gata en celo y de un momento a otro, Pablo ya estaba recibiendo esa gruesa polla que tanto le gustaba en su interior.

Lo malo de esta situación tocaba cuando debía enfrentar las regañinas de Xavi posteriormente, mientras que el verdadero culpable se veía desde lejos con la cómoda imagen de Gavi que permanecía acurrucado en el banquillo, disfrutando del partido. A pesar de esto, la posibilidad de estar cerca de Gavi eliminaba cualquier inconveniente. Además, después de cada regaño, encontraba consuelo en los brazos reconfortantes del chico, haciendo que todo sentimiento previo quedara en segundo plano ante la sensación de  cariño que compartían juntos.

O tal vez que solo sentía él.

- ¿Qué hacemos hoy? - Con una sonrisa cariñosa, Robert dirigió su mirada hacia el chico que descansaba en su regazo. Susurros suaves llenaron el espacio mientras se preguntaba en voz baja cómo se encontraba. Después del apasionado y ardiente momento que habían compartido en el interior del automóvil, ambos estaban ahora en un estado de tranquilidad. Observando cómo el chico trataba de regular su respiración, Robert no pudo evitar sentir una cálida satisfacción. A medida que el ritmo cardíaco volvía a la normalidad, el auto quedaba lleno de una sensación íntima.

Pablo dejó escapar un suspiro mientras parecía sumido en sus propios pensamientos. -¿Qué quieres hacer tú? - preguntó con un tono con cierta falta de entusiasmo por la conversación.

- Estar contigo un rato más - Robert respondió con suavidad. Sus dedos trazaron un camino delicado por la espalda baja de Gavi, buscando ese contacto íntimo que tanto disfrutaba. A pesar de sus palabras dulces y su gesto cariñoso, un suspiro escapó de los labios de Gavi con un cierto desagrado que no pasó desapercibido.

- Me quedaré, pero solo porque estoy cansado - Respondió mientras cerraba sus ojos e inhalaba ese masculino olor que desprendía Robert. Sus brazos estaban firmes alrededor del cuello del hombre polaco.

- Está bien, no es necesario que lo digas así - Pablo rodó sus ojos y asintió, tratando de ocultar la ligera molestia que sentía. La manera en que Robert siempre parecía tener el control de la situación a veces resultaba exasperante.

- Lo sé, perdón supongo - Agregó, su voz llevaba un tono que trataba de parecer más tranquilo para contentar a Robert. El cielo llenaba la habitación con tonos cálidos y suaves sombras que danzaban en las paredes, creando un ambiente íntimo y acogedor. - Seré bueno - prometió con una sonrisa tímida, como un niño que intenta ganarse la aprobación de un adulto.

- Ok - Robert lo miró, sus ojos reflejaban una mezcla de incertidumbre y afecto - ¿Quieres que me vaya? - su pregunta colgó en el aire, cargada de significado.

- ¿Quieres la verdad? - Pablo lo miró fijamente, como si estuviera buscando en las profundidades de su propia alma antes de hablar.

- Sí - respondió Robert, su mirada no vacilaba, dispuesto a escuchar la honestidad que estaba por venir.

Pablo sostuvo la mirada, como si pensara cada palabra cuidadosamente. La quietud del momento solo se rompía por el suave murmullo de la brisa que entraba por la ventana entreabierta.

- No, Robert - Dijo finalmente, su voz era firme pero suave, como una revelación que había estado esperando para liberar - No quiero que te vayas -. Las palabras llenaron el espacio entre ellos. En ese instante, todo parecía suspendido en el tiempo, y en las miradas entrelazadas de los dos hombres se reflejaba la conexión que compartían.