4 || Secretos Bajo las Luces de Vegas

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arrador Omnisciente

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arrador Omnisciente

Las luces de Las Vegas destellaban en el horizonte mientras Lya y Cinco caminaban por la famosa Strip, rodeados de una multitud animada que parecía estar en un estado perpetuo de euforia. La ciudad del pecado se presentaba ante ellos con su esplendor característico, prometiendo una noche llena de emociones y secretos que se ocultarían bajo el lema — Lo que pasa en Las Vegas ¡se queda en Las Vegas!

Lya miró a su esposo con una sonrisa traviesa en su rostro. — ¿Crees en ese dicho, corazón? ¿Realmente crees que todo lo que hagamos aquí quedará en esta ciudad?

Cinco rio, pasando un brazo alrededor de la cintura de Lya. — Bueno, cariño, supongo que eso depende de nosotros. Pero no te preocupes, no tengo intenciones de hacer nada demasiado escandaloso.

Lya le dio un pequeño codazo juguetón. — Oh, vamos, corazón, ¿dónde está tu espíritu aventurero? Estamos en Las Vegas, ¡el lugar perfecto para dejar salir nuestro lado salvaje!

Cinco la miró con una ceja alzada. — ¿Salvaje? ¿Desde cuándo te volviste tan aventurera, Lya?

Ella le guiñó un ojo. — Desde que pusimos un pie en esta ciudad, cariño. Además, ¿no es divertido imaginar todas las historias que podríamos contar si realmente decidimos romper algunas reglas?

Cinco rio de nuevo. — Bueno, supongo que no sería una mala idea crear algunos recuerdos inolvidables. Pero, recuerda, aún tenemos responsabilidades y un vuelo de regreso a casa en un par de días.

Lya asintió con una sonrisa cómplice. — Por supuesto, corazón, siempre seremos responsables. Pero eso no significa que no podamos permitirnos un poco de diversión.

Caminaron por la Strip, pasando por brillantes letreros de neón y espectáculos callejeros que capturaron su atención. Mientras observaban a un grupo de bailarines urbanos realizar movimientos asombrosos al ritmo de la música, Lya notó un casino cercano que parecía particularmente atractivo.

— ¿Qué te parece si probamos suerte en ese casino? — señaló Lya, señalando el lugar con su dedo.

Cinco miró en la dirección que Lya estaba apuntando y luego la miró con una sonrisa pícara. — ¿Te sientes con suerte? No sabía que fueras aficionada a los juegos de azar.

Lya se encogió de hombros con una sonrisa. — Nunca se sabe, podría ser divertido. Además, ¿quién sabe? Tal vez tengamos una noche de suerte y ganemos algo de dinero extra para nuestras vacaciones.

Entraron al casino y fueron recibidos por la estruendosa mezcla de sonidos de máquinas tragamonedas, voces emocionadas y el tintineo característico de las fichas de juego. Lya y Cinco se dirigieron a una mesa de blackjack, se sentaron y comenzaron a jugar. Mientras las cartas se repartían y las apuestas subían, Lya y Cinco comenzaron a charlar con el crupier. Descubrieron que su nombre era Tony, un hombre de mediana edad con una sonrisa amigable.

Amour || Cinco Hargreeves [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora