Amour || Cinco Hargreeves [Corrigiendo]

3 || Extra Ordinaria

Narrador Omnisciente

HACE CINCO AÑOS

Mi nombre es Vanya Hargreeves y esta es mi historia... Nunca fuimos una familia de verdad. Si no una creación de nuestro padre, familia solo de nombre... Pero no de hecho. Al final, después de la muerte de nuestro hermano Ben, ya no había nada que nos conectara.

Éramos extraños viviendo en un mismo techo, destinados a estar solos, desesperados por la atención, dañados por nuestra crianza y atormentados por lo que podríamos haber sido...

CINCO Y LYA

(APOCALIPSIS)

— Devuélveme la página, no he terminado —dijo Lya, quien se encontraba al lado de Cinco.

— Lee rápido —dijo este con fastidio.

— ¡Ya! Tengo dos cosas por decirte: una, deja de quejarte, y dos, me encanta el drama y tu familia es genial —comentó, empezando a reír—. ¿Tú qué opinas, Dolores? —le preguntó a su otra amiga, quien estaba detrás de ellos. Ambos se voltearon a verla. — Es verdad, "adoro tu drama familiar" —terminó de decir para, después, de forma dudosa, recostar su cabeza en el hombro de Cinco. Este, por un momento, desvió la mirada de su libro para verla por unos segundos, y de sus labios salió una pequeña sonrisa.

Todos queríamos ser amados por un hombre incapaz de dar amor, mi padre nunca perdió la oportunidad de recordarme que yo no era especial. Algo duro de oír para una niña. Si te educan para creer que no tienes nada especial si el punto de referencia es lo extraordinario, ¿Qué haces si no lo eres?

PRESENTE

Cinco estaba cosiendo su herida en el brazo mientras Lya dormía con Rosse en su pecho. La noche había sido incómoda. La cama era muy pequeña, por lo que Lya durmió con su cabeza apoyada en el pecho de Cinco. En el pequeño espacio que quedaba entre ellos, Rosse se acomodó. Antes de conciliar el sueño, Rosse se movía mucho y lloraba, lo cual tenía sentido porque había dormido casi todo el día. Lya le daba de seno o Cinco la cargaba y paseaba por el cuarto. Finalmente, Rosse se acomodó en el pecho de su madre y se durmió, volviendo a la posición inicial. Lya con su cabeza en el pecho de Cinco y Rosse en la de ella.

Cinco comenzó a mover a su esposa con cuidado para poder curar su herida. Le besó la frente y la llamó suavemente. — Tesoro... Lya... — otro beso en la frente — Hola corazón. — Lya se movió con cuidado de no levantar a Rosse. — ¿Lograste dormir... bien? — le preguntó Cinco.

— Solo un poco — respondió Lya, acomodando a Rosse para que abrazara la almohada.

— Debo admitir algo — comentó Cinco.