Capítulo 2

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—— pórtense bien y manténganse con su respectivo grupo ¿de acuerdo?

Shun estaba vestido con su bata de doctor. Había llevado a sus hijos a Palaestra, fuera de ésta estaban varios autobuses y varios jóvenes y niños que esperaban ansiosos por partir.

—— no se preocupe, estaremos bien.

—— hablo más para ti, Edén. —— se cruzó de brazos viendo con reproche a su hijo. —— No quiero que vuelvan a llamarme porque se te ocurrió encerrarte en cualquier parte con tu novio.

—— ¡Mamá! —— aquel discurso provocó que Edén explotara en vergüenza. Ante esto, el doctor le sonrió burlón a su reacción. —— ya te lo he dicho... Él no es mi novio.

—— aja... —— se burló su pequeña hermana.

Shun se rio al ver la pelea de miradas que se lanzaban sus dos bebés, porque si. Para él, ambos seguían siendo sus bebés a los que tenia que cuidar las veinticuatro horas del día.

Se acercó a Edén, al ver que no dejaba de subirle el color a la cara. Le revolvió el cabello y besó con cariño su frente. —— sólo cuidate, mi pequeño Orion. —— sonrió y luego enfocó su vista en su pequeña niña. —— y tú también, mi querida nena. No quiero que te distraigas y ¡por favor! No te separes de la maestra, ¿si?

La pequeña asintió frenéticamente dándole un beso en la mejilla. Esta niña se carecteriza por su infinita curiosidad. Compartía con su hermano todo tipo de travesuras, y también su gusto de meterse en problemas.

La campana sonó y eso significaba el inicio de la aventura. Shun saludó a sus hijos a lo lejos y estos también le correspondieron.

Suspiró al verlos felices y tomados de la mano. Su sonrisa se enganchó al ver como un peculiar pelirojo se lanzaba a los brazos de su hijo. Él lo negaba, pero demostraba lo contrario. A su mente llegó la imagen de aquel estúpido rubio. Recordarlo siempre hacia que le doliera el pecho, pero esta vez no le iba a dar el gusto. Ya estaba por olvidarlo.

Ya solo un poco más y solo seria un fantasma más.
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El equipo de teatro, Warrior Gods, ya estaba frente al edificio. Estaban siendo guiados por el director del mismo.

Enseñando los camerinos, oficinas, baños y, lo más importante, el escenario en donde realizarían su obra. Era un lugar demasiado grande a decir verdad, oscuro para mantener el ambiente de suspenso y emoción.

—— Hoy tenemos programada una actuación. —— anunció el director. Curiosos posaron sus ojos en él para más información. —— quisiera que miren el progreso de mis estrellas.

—— ¿exclusivo sólo para nosotros? —— cuestionó la rubia ensoñada.

—— emm... —— dudó si decirlo o no. —— la verdad, no. Perdón, hoy un colegio nos visitará para ver nuestra obra. Y, aprovechando, quería que ustedes la miren también.

Aquello emocionó a todos y al mismo tiempo vieron entrar a una gran cantidad de niños. Los vieron desde las escaleras arriba. Los integrantes de Warrior Gods observaron maravillados lo entusiastas de los niños.

Llamaban por listado para ver que no se les haya perdido alguno... O en dado caso, olvidado en el autobús.

Todos observaban desde arriba como los más pequeños saltaban al oir su nombre y formarse. —— ¿Natassa?... Nati, nena, formate. Después podrás jugar con tu hermano, pero ven.

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