MAKE A WISH
﹙capítulo dos﹚
₊꒷︶ଓ︶꒷꒦⊹˚₊꒷︶ଓ︶꒷₊—Jajaja mocoso, ¿pero no has visto como ni siquiera el gran campeón del mundo ha podido llegar al nivel máximo? —rio un individuo que observaba sentado a la derecha de la máquina.
—No tires tu dinero, no podrás superarlo —añadió otro, riendo.
El resto de los allí presentes se sumaron a las risas, que rodearon a Killua como un molesto coro de moscardones.
—Niño, vete a tu casa y déjale esto a los adultos, no vaya a ser que te lastimes tu pequeño puñito al intentar mover el marcador jajaja.
—Como sea —Killua ignoró a aquellos hombres y pagó la cuota de inscripción—. Quiero apostar también 100 jennis a que seré el ganador.
—Lo siento, pero las normas del juego prohíben que los propios participantes apuesten por sí mismos —explicó el encargado de llevar las cuentas.
—¿Y si lo hace mi hermana, habría algún problema?
—Técnicamente no.
Killua se acercó a Alluka y le entregó un billete de 100 jennis para que realizara la apuesta.
—¡Ánimo, oniichan! ¡Vas a ganar! —gritó entusiasmada entre aplausos.
El resto de los observadores no hizo ningún movimiento más, ya habían apostado a que Niccolo Punch haría la máxima puntuación, y de momento, iban ganando. Nada parecía indicar que ese lindo niñito pudiera echar por tierra sus esperanzas.
—A la de tres, golpea con toda tu fuerza este cojín. Puedes tomar carrerilla desde esta línea si lo deseas. Tienes una sola oportunidad. La máquina registrará tu puntuación, si superas los 8322 puntos de Niccolo, tu hermana y tú ganaréis el dinero. Si logras llegar a los 10000 puntos y haces que esta bombilla se encienda, entonces la gran caja misteriosa también será para ti. ¿Has entendido?
—Sí. Cuando quieras—. Se limitó a responder Killua con toda tranquilidad.
El juez inició la cuenta atrás.
—Tres. Dos. Uno... ¡¡YA!!
Killua caminó despacio hasta la máquina y sacando del bolsillo su mano derecha, golpeó el cojín con sus dedos índice y pulgar, haciendo que el marcador saliese disparado hasta el tope, encendiendo la bombilla y un letrero luminoso de campeón, mientras un montón de confeti y serpentinas salían volando desde la máquina.
—No puede ser —dijo un hombre, totalmente asombrado por lo que acababa de ver.
—¡Está trucado! ¡Es una estafa! ¡Está compinchado con el dueño para robarnos el dinero!
El ánimo de la muchedumbre comenzaba a crisparse. El dueño de la máquina no sabía qué hacer para apaciguar los ánimos de la gente.
—Es la primera vez que veo a este chico, ¡no lo conozco de nada! ¡Lo juro!
El ambiente cambió y comenzó a palparse la tensión en el aire. Uno de los tipos musculosos que habían golpeado la máquina antes que Killua se lanzó enfurecido contra el pequeño Zoldyck, que sin tener que realizar el mínimo esfuerzo, frenó su puño y lo volteó en el aire girándolo hasta hacerlo caer de nuevo contra el piso. Dejando escapar un poco de sed de sangre de su aura, logró que la multitud permaneciera en su lugar.
—No conozco de nada a este tipo, baka. He ganado justamente y me llevaré lo que me corresponde —dijo Killua sacándole la lengua al individuo que mordía el polvo avergonzado a sus pies.
El dueño de la máquina de puñetazos hizo un recuento del dinero y se lo entregó a Killua junto a una medalla de imitación de oro, mientras que su ayudante depositó la enorme caja sorpresa en los brazos de Alluka, que no cabía en sí de tanta felicidad.
—¡Gracias, oniichan! —exclamó contenta, depositando un tierno beso en la mejilla del mayor. —¡Sabía que lo conseguirías!
Killua sonrió, colocando la medalla que acababa de ganar en el cuello de Alluka.
Los dos hermanos se alejaron de allí, dejando a sus espaldas a un montón de hombres adultos que todavía no lograban asimilar lo que acababa de suceder.
Gracias por leer.
⸻ℐrisෆ