❝Donde Jeongin es un omega típico que sólo se dedica a su esposo y a sus hijos. Pero su sueño de una familia feliz se rompe cuando ve que ha estado luchando por un amor que ya está roto desde hace mucho, mucho tiempo.❞
» adaptación, todos los crédit...
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Yena no dejaba de reírse mientras la columpiaba, tan feliz y contenta, y Hyunjin sólo pensaba en los cachorros tantos años atrás, gritando por la emoción mientras hacía esa simple acción de empujarlos más y más alto. Recordaba que, cuando iban al parque, Jeongin solía quedarse sentado en una de las bancas, con los brazos cruzados y observándolos con una ligera sonrisa satisfecha.
—¡Papá! —gritó Yena con ese adorable coreano, sacándolo de sus pensamientos, y Hyunjin la agarró para detenerla—. ¡No... no más!
—¿Te dejo de empujar? —preguntó el alfa—. ¿A dónde quieres ir ahora, Yena? ¿Tal vez al tobogán? ¿O a la trepadora?
Había más niños en el parque con sus respectivos padres, todos correteando por aquí y por allá. Yena, sentada todavía, observaba los juegos con el ceño ligeramente fruncido, y santo dios, Hyunjin creía que se parecía mucho a Jeongin.
—Ferret! —gritó de pronto, apuntando a la zona entre árboles, y Hyunjin observó a un pequeño animalito corriendo de un árbol a otro—. ¡Es como... papá!
Se dio cuenta de que era un hurón y se puso a reír, tomándola en brazos.
—Un hurón —aceptó Hyunjin en coreano—, ¿así que soy un hurón, Yena? ¿Y mamá que es?
—Cat! —dijo Yena, tan feliz cuando el alfa la sentó en lo alto de un tobogán y la ayudó a deslizarse hacia abajo—. ¡Como Jiniret!
—¿Un gato? —una nueva risa por parte de Hyunjin, pues su hija tenía razón. Jeongin parecía todo un gato con esos ojos rasgados y labios rosados—. Me has dicho de tu gato, creo que te gustan mucho, Yena. Jiniret es un lindo nombre.
—Sí, sí —dijo la pequeña, y gritó de felicidad cuando volvió a deslizarla por el tobogán.
Hyunjin no podía dejar de hacerlo, de querer que Yena se riera, disfrutara y se entretuviera con él. A pesar de todo ese dolor y vacío que estuvo viviendo por más de dos años, el hecho de estar viviendo ese momento con su hija, su pequeña hija, le hacía pensar que no importaba nada más. Sentía que la vida le estaba dando otra oportunidad de hacer las cosas bien, de poder ser un buen padre, y tal vez no reparar todo el daño que le hizo a su familia, pero si ser un pequeño primer paso para eso.
—¿Papá? —preguntó Yena unos minutos después, con Hyunjin sujetándola mientras la niña "escalaba" y se balanceaba en una trepadora—. Why you... no ta-bas?
Le costó un poco interpretar la pregunta. Jeongin le había dicho muchas veces que Yena solía hablar entre coreano e inglés, mezclando palabras sin control alguno.
—¿Por qué no estaba antes? —aventuró, y Yena asintió, colgada de las barras (aunque Hyunjin la sujetaba, ni loco la iba a soltar)—. Bueno... Yo no fui muy bueno con mamá ni con tus hermanos, cariño. Fui... Actué mal, y mamá y yo nos separamos, y por eso no nos pudimos conocer antes.
