Ch 1- Kate

4 0 0
                                    

   Please don't be in love with someone else
   —Enchanted (Taylor's version), Taylor Swift

   La alarma sonó en mí oído, haciendo que me despierte en cuestión de segundos. Apagué la alarma y miré a un punto invisible en el techo por al menos un minuto entero.
   Apreté mis ojos, y me di la vuelta. Agarré el celular y lo prendí.
   Veintidós de febrero, 5:43 a.m.
   Volví a maldecir en mí mente, y me levanté de la cama. Acaricié a Kiki, mí gata, y besé su cabeza.
   —Buenos días, único amor de mí vida —la saludé, y Kiki maulló en respuesta.
   Me reí y fui para el baño, hice mí rutina matutina y me fui a cambiar.
   Hacía mucho calor, incluso siendo temprano, así que opté por usar algo fresco para ir al trabajo. Era un atuendo simple; una remera gris de tirantes gruesos, unos jeans negros y unas zapatillas del mismo color. Recogí mí pelo en una cola alta de caballo, me puse un poco de corrector debajo de los ojos y apenas un poco de un labial rojizo para no verme tan muerta.

   Salí de mí casa y caminé hasta la escuela, llegué hasta la sala de profesores y busqué con la mirada a Daira, mí mejor amiga desde la primaria. Una chica rubia, con las puntas del pelo teñidas de azul, ojos azules, con una condición en la piel, llamada vitiligo, osea, piel oscura con manchas pálidas por todo el cuerpo y lentes. Ella era alta (casi tanto como yo) y tenía un muy lindo, pero algo extravagante, estilo de ropa.
   Cuando la ubiqué con la vista, sonreí de lado y me acerqué a ella. Me senté y me apoyé en su hombro.
   —Pero que carita traemos, ¿Eh? —se rió Daira.
   —Shut up, tengo sueño —apoyé todo el peso de mí cuerpo en su hombro—. Me acostumbré a las vacaciones, se me desacomodaron los horarios y no dormí un carajo anoche.
  —Ay, ay, ay, Rosas —Daira me reprendió la rubia, y después me pasó un café—. Lo supuse.
  —Te amo.
  —Ya sabía.
  Estuve conversando un poco con Daira, hasta que, en un momento Nelcy, la directora, entró a la sala.
  —Saluden a las cuatro nuevas profesoras que se integran este año —levanté mí cabeza para mirar a las nuevas chicas—. Maia, Marie, Damel y Amelia.
  Miré a la última chica y apreté la mano de Daira.
  Era increíblemente hermosa.
  No era muy alta, su piel era pálida, tenía los ojos muy azules, y parecían como cansados, su cabello era castaño oscuro y ondulado, tenía una nariz respingada y sus labios eran finos. Era bastante delgada, usaba lentes y tenía un lindo estilo de ropa.
  Me quedé embobada mirando a la chica, hasta que Daira me dió un golpe suave en el brazo.
  —Kate, querida, ¿Le podes mostrar a Amelia el colegio? Es la única a la que no pude mostrárselo yo, y todavía tengo que atender a algunos padres —pidió Nelcy, haciendo que mí atención se dirija a ella.
  Daira se rió, y yo pateé su tobillo.
 
  Me paré del asiento y me acerqué a la chica.
  —Vení, seguime —le sonreí. La chica pareció sobresaltarse.
  Salimos de la sala, y fuimos juntas hasta la puerta de entrada.
  —Un gusto, me llamo Kate —le extendí la mano, con una sonrisa.
  —Amelia, encantada —rió la chica, tomando mí mano en forma de saludo.
  Ella tenía una voz muy dulce y pacífica.
  —Encantada de conocerte, Amelia.
  La volví a mirar por un momento, volviendo a admirar su belleza.
  —¿Alguna vez viniste al colegio antes?
  —Si, si. Fue alumna acá, de hecho. Pero no me viene mal una refrescada de memoria —rió ella.
  —Let's go, then! —reí también.
 
  Le di un recorrido rápido por el colegio.
  Hablamos bastante y me cayó súper bien. Era muy dulce y agradable.
  Descubrí que era menor que yo por un año y un poco más, y que teníamos gustos bastante similares.
  En menos de una hora, ya estábamos devuelta en la sala de profesores.
 
  No hablé mucho más con Amelia ese día, porque todo el resto del personal se acercó a hablarle. Pero si le pasé mí número de teléfono.
  —Colo —Daira me llamó, yo me di la vuelta y la miré con mala cara—. Dejá de mirar tanto a la pobre chica. Más que enamorarla, la vas a asustar así —se rió, golpeando mí hombro.
  —No-no la estaba mirando —negué rápido, sintiendo cómo mis mejillas se calentaban. Daira levantó una ceja—. Solo un poquito... Es que ¡Es demasiado linda! I feel enchanted.
  Daira volvió a reír.
  —Pero disimulá, tarada.
  Dijo eso, y volvió a leer sumergirse en su libro y su música.

At First SightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora