Ch 5-Kate

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I only see him as a friend
The biggest lie I ever said
   -bad idea right?, Olivia Rodrigo

  Entré a mí casa.
  Mí corazón latía a mil por hora, mis mejillas ardían en fuego y me temblaban todas las extremidades. No podía creer lo que había hecho.
  Si bien, en realidad, no era la gran cosa. Era un paso gigante para mí.
  Fui al sillón y me senté, agarré un almohadón y grité contra él. Estaba emocionada.
  Después, agarré el teléfono y busqué el grupo que tenía con mis amigas, Luana, Daira y Dalia.
ME ANIMÉ AKDJQKEKSJD

TE LA CHAPASTE? ME MUERO

  Contestó Luana, en menos de dos segundos.
Daaaaa, pará emoción
De pedo la abracé
PERO LA ABRACÉ

Ay sos una tierna

  Me respondió Dalia.

Felicidades!!! Mí enamorada
favorita

  Respondió Daira también.
  Le sonreí al teléfono.

Yyyyy
Cómo fue? Q te dijo?
Contate algo dale

Yyy a ver
Vinimos juntas hasta casa, pq
ella vive en la esquina, y me dijo
para volver juntas (ahí ya morí)
Yyy, cuando se estaba yendo le
abracé
Creo q se lo tomó bien igual (?)

  Q te dijo enferma dale

  Preguntó Daira.
Violenta de mierda
Le pregunté si le molestaba, y me
dijo q no, pero q no estaba acostumbrada a eso.

Esa piba me preocupa un toque eh
Cómo q
Estaba re rara ya el otro día, lo del
apodo, es medio evasiva
No sé
Raro

  Habló Luana.
No te voy a negar q tenés razón
eh
Hace cosas medio rari, pero rari
preocupante

o estarán sugiriendo q...

😟

  Preguntó Dalia. No me gustaba el rumbo de esa conversación.
Nunca me fijé en eso
Si es así, pobre piba igual
:(
Igual, me parece medio cualquiera
q hablemos así de ella

Tenés razón sí

  Concordaron las tres. Terminamos la conversación ahí, y dejé el teléfono de lado.
  Me fui al baño, mientras seguía pensando, tanto en el abrazo, como en las suposiciones de mis amigas. Dudaba, ¿Qué podría pasarle? Se veía como una persona muy alegre siempre. No quería pensar en eso, o hacer suposiciones sin fundamento.

  Al otro día me levanté, hice mi rutina de la mañana y fui al colegio.
  Estaba hablando con otra colega, llamada Maia, cuando Amelia llegó, y se apoyó en mí hombro.
  Un escalofrío recorrió mí cuerpo, y al instante me ardieron las mejillas.
  —Buenos días, Ame —saludé, intentando no perder la compostura.
  Decidí arriesgarme, y pasé mí brazo por sobre sus hombros.
  Maia me sonrió, con la misma cara que solía hacer Daira cada vez que nos veía.
  —Buen día —la saludó ella también, sonriendo.
  —Buenos días, chicas —nos saludó ella también, y sacó su cabeza de mí hombro.
  Hablamos un poco, después llegaron mis otras amigas y se nos unieron.
  Estábamos conversando, a solo minutos de que sonara el timbre, cuando me llegó un mensaje de mí mamá.

At First SightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora