I was made for lovin' you +18 | FERRAN TORRES

TRECE

Hacía ocho meses que en mi cabeza no dejaba de rondar la idea de volver a Barcelona.

Y es que me encontraba en mi mejor momento.

Tenía una oportunidad de trabajo en Barcelona junto a mi empresa alemana.

Y no pensaba desperdiciarla.

Había dejado la idea de lado durante unos meses para centrarme en lo más importante.

Mi nuevo yo.

Todo lo bueno estaba pasando en mi vida y no podía estar más agradecida.

Hacía tiempo había perdonado a Ferran.

Igual que Gonzalo me perdonó a mi.

Finalizamos todo tipo de relación y comunicación.

Admito que al principio me dolió.

Fue un pilar fundamental para mi.

Y el lo sabía.

En cuanto a Ferran, había decidido perdonarle.

No hablaba con el, pero no podía olvidarle.

En algún momento me di cuenta de que mi corazón olvidaba a Gonzalo pero no a Ferran.

Ferran siempre fue el primero por mucho que me doliera.

Aun así, según yo sabía él seguía con Sira.

Pero habían perdido al bebé.

Al menos eso es lo me dijeron.

Quise llamarla muchas veces, para saber como se encontraba.

Al fin y al cabo, ella era mi mejor amiga.

Pero luego recordé lo cruel que fue conmigo y me eché para atrás.

Si ella no me quería en su vida, no volvería a ella.

Decidí volver a Barcelona más que nada por el trabajo y por mi familia.

Llevaba manteniendo una relación muy amistosa con Valentina.

Que alguna vez me vino a visitar.

Al igual que con Pedri, con el que podía compartir mis preocupaciones.

Encontré un buen amigo en el.

Decidí volver un lunes por la mañana a mi ciudad.

A mis padres les pilló por sorpresa, aunque a mis hermanos mucho más.

Con Nico la cosa estaba tensa.

Después de nuestra última conversación no busqué ninguna forma de contactarme con el.

Al final, él había sido cómplice de ese engaño y yo había caído.

Se suponía que él era mi hermano.

Que debía apoyarme a mi.

Pero no fue así.

Cuando me vio solo me abrazó, después desapareció.

Y lo agradecí.

No quería sentirme incómoda de vuelta a mi ciudad.

Esa misma tarde pasee junto a mi perro y mis hermanos en la playa.

Pasatiempo que tanto me gustaba.

Mis hermanos no dejaron de abrazarme y decirme lo muy contentos que estaban por volver a verme.

Quise llorar, pero mi promesa era más importante.

No volvería a ser la tonta e inocente que creía todo y lloraba por todo.