I was made for lovin' you +18 | FERRAN TORRES

QUINCE

Ferran y yo estuvimos saliendo durante las siguientes cinco semanas.

Él había comenzado la temporada con una mentalidad buenísima.

Desde luego mi chico estaba en su prime.

Lo había acompañado con Aurora la hermana de Gavi a la gira en Estados Unidos.

La pretemporada había sido de las mejores.

Con la actuación impecable de Ferran.

Que se veía muy emocionado por su salud mental.

Estaba "echo un toro".

Y era verdad.

Me había animado a entrenar con él y había aceptado.

Más que nada porque me gustaba pasar tiempo a su lado.

Aunque varias veces nos saltamos las sesiones por otro tipo de entrenamiento.

Ahí lo dejo.

Sira no había molestado mucho desde la ultima vez.

Se había enterado de que Ferran sabía que él no era el padre de la criatura y ahora no sabía como tenerle con el.

Por una parte, para nuestra relación fue decisivo.

Ferran me pidió ser su novia hacía menos de una semana.

Obviamente había aceptado.

Mientras tanto, Sira se seguía negando a aceptarle el divorcio a Ferran aunque a él mucho no le importaba.

A mi desde luego que tampoco.

Cosa que molestaba mucho a Sira.

Cada vez su tripa comenzaba a crecer y cada dos por tres salía en las revistas del corazón.

Se había rumoreado la razón por la cual Sira y Ferran ya no aparecían por la calle juntos.

Aunque Sira había amenazado a Ferran con contar cualquier cosa para acabar con su carrera, a mi chico le entraba por un oído y le salía por otro.

Obviamente, teníamos la prueba de ADN de nuestra parte, por lo que lo tenía un poco difícil.

Hacía poco más de dos semanas habíamos ido a Valencia.

Concretamente a Foios.

El pueblo de mi chico.

Había querido presentarme a su familia.

Todos me recibieron con mucho cariño.

Sobretodo su hermana.

Que no me dejó ni un Segundo sola.

Cosa que molestó a Ferri.

Aunque luego se le pasó porque sabía que había encantado a su familia.

Ferran y yo no podíamos estar mejor y nos lo merecíamos.

Después de todo, no todo el mundo sufre lo mismo que nosotros por estar juntos.

Desde luego que nos lo merecíamos.

Estaba preparando la comida cuando noté unas manos en mi cintura.

Supe al momento que era mi novio.

Su respiración se posó en mi cuello.

Luego apoyo su cabeza en mi hombro.

- ¿Que preparas que huele tan bien, gordi? -dijo.

Seguí removiendo la salsa de tomate.