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—¿Seguro que ya no te duele la pierna? —preguntó Taehyung preocupado.

—No, majestad, ya no me duele. Me siento muchísimo mejor.

—Si es que tu dolor vuelve a manifestarse, házmelo saber y regresaremos al palacio.

—Se lo diré cuando pase, tranquilo —pronunció mientras tocaba el hombro del contrario con gentileza.

El emperador asintió y acarició la mano de él campesino. Ambos estaban en el carruaje en dirección a un pueblo para ir a visitar al querido amigo hermano de Jungkook. Hacía más de una semana que el peli cafe no sabía nada de él, solo esperaba que no esté tan preocupado y que se encontrara bien. También esperaba que comprendiera las nuevas cosas que estarán para el futuro.

—Tal vez y por tus ansias de verlo es que ignoras el dolor, lo mejor sería...

—Majestad, basta —con una voz demandante interrumpió al peli negro. No midió su tono de voz y su oración terminó siendo un grito—. Estoy realmente bien, no me duele absolutamente nada. Sé que usted está muy preocupado por mi bienestar, y se lo agradezco, pero ya le dije que no pasa nada.

—Está bien, me disculpo —dijo mientras rascaba su nuca nervioso—. Pero te pido que no vuelvas a gritarme de ese modo, me sacaste un gran susto.

—Lo siento, no quise reaccionar así —apenado, el menor se disculpó con el mayor y tomó su mano. Acarició por unos instantes su dorso hasta que volvió a hablar—. ¿Como le diré a Jin todo lo que ha pasado durante todos estos días?

—Diciendo toda la verdad, no creo que sea tan complicado de entender.

Jungkook asintió con la cabeza y volteó a mirar a la ventana. Los nervios lo comían por dentro, pero no entendía el porqué. Iba a hablar con Kim Seokjin, su hyung de toda la vida, el gran amigo en el cual siempre confía. ¿Porqué estaba actuando como si le diera miedo la reacción de él?

Ni siquiera él lo sabía, solo sentía esa maldita sensación de terror en todo su cuerpo. Su mente lo estaba matando con múltiples escenarios de todas las posibles reacciones que podría llegar a tener su amigo y en todas terminaba mal.

Suspiró por última vez y recargó su cabeza en el hombro de Taehyung, eso logró tranquilizar un poco sus nervios en lo que llegaban a su destino.

[...]

Pasaron unas horas y Jungkook nuevamente volteó a mirar a la ventana y se puso atento, ya reconocía por donde estaban pasando.

—Tranquilo, la dirección se la dí al chófer tal y como tú me lo explicaste.

—¿Seguro que no se lo dijiste mal?

—¿Dudas de mí? —lo miró, fingiendo indignación.

—No —rió—. Solo estoy algo alterado y nervioso.

—Solo relájate, todo saldrá bien. Lo prometo.

Llegaron a su destino y el carruaje se estacionó. Jungkook sonrió y trató de abrir la puerta, pero una mano lo detuvo. Confundido, volteó a mirar al emperador con el ceño levemente fruncido. —¿Que pasa?

—Deja que te abran la puerta.

—Pero podría hacerlo yo.

—¿Lo deseas? —preguntó, mirándolo directamente. Mirando aquellos ojos que tanto apreciaba y le fascinaban.

—Así es. Deseo hacerlo yo —respondió.

Taehyung sonrió y acarició la mano de Jungkook, para después besarla.

[CANCELADA] Tus Ojos Brillan MÁS que el ORO.《TaeKook》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora