Farsa ─kookmin au.

─022

Jungkook sentía como un extraño calor subía por su espina dorsal hasta sofocarme poco a poco, la corbata lo sofocaba. El auto se hacía cada vez más pequeño.

Se podría decir que estaba sufriendo de claustrofobia en ese preciso momento, además de que el rotundo silencio que predomina en el vehículo no ayudaba para nada a la situación. Literalmente, ni Jihyo ni Sunhye habían pronunciado palabra durante todo el viaje, simplemente la chica observaba la ventana y la mujer miraba hacia el frente, obviamente, mientras conducía y Jeon... bueno, Jeon pensaba que tan mala idea era fingir que la puerta se abría por accidente y así poder tirarse a ver si con suerte terminaba en el hospital en un coma de 50 años.

No, no tengo tan buena suerte.

El castaño simplemente se limitó a cruzar sus brazos y hundirse en el asiento cual adolescente berrinchudo, aunque el puchero involuntario en sus labios lo aniñaba bastante. Aprovechó su momento y desajusto la estúpida corbata que más la sentía como una soga al cuello.

─Jihyun, siéntate recto y acomódate que estás por llegar a tu casa, no a un cabaret.

Jeon cerró momentáneamente sus ojos con cansancio, no le extrañaba que su madre lo corrigiera, o más bien a Jihyun. Guardó silencio rápidamente, no es que no quisiera discutirle y decirle que no exagerara, pero sabía que su querido hermano nunca discutiría con ella. Así que simplemente se acomodó en el siento, alisando el saco e intentando acomodar la corbata.

¿ESTÚPIDO PEDAZO DE TELA PORQUÉ ES TAN DIFÍCIL DE PONER SI ES SOLO UNA CINTA ALREDEDOR DEL CUELLO? Aunque que lo pienso puedo colgarme de un árbol...

Sacudió su cabeza, ya era el momento en el que estaba pensando estupideces.

─Por cierto, hijo ─llamó la mujer sin mirarlo─. Pronto quiero invitarlos a cenar a ti y Jimin a casa, ahora que está Jihyo estaremos reunidos casi toda la familia, ¡es fantástico!

Ay Sunhye, su sonrisa a los ojos de Jungkook era realmente TAN falsa que creía que jamás aquella mujer había sonreído de manera sincera. ¿Algunas vez fue realmente feliz? Porque lo disimulaba muy bien. No entendía como su padre, Sunho, la tenía en un pedestal y la miraba como si fuera el más hermoso ángel cuando, a su parecer, era peor que un demonio.

Jungkook sonrió igual o más falsamente de lo que ella lo hacía y asintió.

─Espero que a Jimin le gusta la idea, si él está de acuerdo, iremos.

Notó rápidamente como el rostro de su madre se desfiguró con disgusto, aunque lograba disimularlo levemente. Pasados unos segundos, la mujer sonrió nuevamente y asintió en silencio. El semáforo en rojo fue perfecto para que retocara su cabello, observándose en el espejo retrovisor. Jungkook observó la ventana, ignorando la situación. No le sorprendería saber que Jihyun ni siquiera le consultaba con su esposo ese tipo de cosas. Debería hacerlo, aunque sean sus padres, él sabía que Sunhye podía ser bastante insoportable, entendería que el pobre Jimin no quisiese ir.

¿Se llevará bien con su padre? Seguro que sí, nadie puede llevarse mal con Sunho, el hombre era un amor.

De repente el auto se detuvo y la pequeña tranquilidad que por momentos sintió se esfumó por completo. Volteó a la ventanilla y se encontró con una casa, o más bien mansión, bastantea grande. Se notaba que había sido decorada por Jimin, era muy él...

Un color melocotón predominaba en las paredes, el jardín perfectamente cuidado, el pasto verde y cortado de manera prolija junto a una variedad de plantas y flores que no llegaban a ser demasiado abundantes, lo justo y necesario, además del camino de piedras perfectamente limpio que guiaba hacia la entrada.