Farsa ─kookmin au.

─014.

Jungkook caminaba de un lado a otro a través de la sala de estar. Su largo cabello oscuro estaba totalmente alborotado después de que paso sus manos una y otra vez por el, tal y como siempre hacia cuando estaba nervioso o ansioso. En este caso estaba nervioso y ansioso en su máxima potencia. No solo porque vería a su hermano después de tanto (muchísimo), sino que toda la situación le ponía los pelos de punta. ¿Y a quien no? Tenia que hacerse pasar por una persona totalmente diferente a él. ¿Eso no era ilegal? Probablemente sí y no quería seguir pensando en eso.

Ciertamente tenía sentimientos encontrados, entre ellos enojo e impotencia. Pero no por su hermano, sino por él mismo. Por haber pensado por un segundo que Jihyun tal vez lo contacto simplemente porque querría verlo, saber cómo estaba o algo. Actuar como familia por una vez en la vida.
Pero no, simplemente quería algo se él, como siempre. Jungkook se reprochaba una y otra vez haber pensado que su gemelo lo buscarla solo porque sí. ¿Pero que más podría hacer? Aunque no quisiera admitirlo, en lo más profundo de su ser sabía que nunca podría darle la espalda darle la espalda a Jihyun, siempre sintió que era como un pequeño conejito que él tenia que proteger a pesar de que finalmente se convirtió en un cuervo que deseaba arrancarle los ojos.

De repente el sonido del timbre resonó por todo el departamento. Su ceño se frunció con rapidez. Él no le había dicho el número de departamento a Jihyun, ¿O si?
Soltó un suspiro y comenzó a caminar hacía la puerta sintiendo como sus manos sudaban, sus pies estaban cubiertos por unos calcetines de color blanco aunque el pantalón holgado en tono gris los cubría, a pesar de aquello los sentía fríos.

Finalmente giró la perilla y abrió la puerta.
Y allí estaba, Jeon Jihyun, su hermano gemelo o hermano menor, también su dolor de cabeza de por vida. Como una condena que tuvo desde que nació.

Los segundos parecieron congelarse en el momento que sus ojos se encontraron. Ambos pares de orbes de un tono oscuro chocando uno con el otro. Pareciera que todo lo que realmente pensaban uno del otro se transmitían a través de una mirada, sin duda cosas que jamás dirían.

Jungkook tragó saliva y simplemente se hizo a un lado en completo silencio. Jihyun ingresó al departamento con la manija de su maleta en una mano y la tira de un bolso cruzado en su torso. El mayor rápidamente le siguió el paso hasta que ambos llegaron a la sala. Jihyun no tardó en dejar su maleta a un lado y su bolso en el sofá.

─Y... ¿Cómo estás, hermano? ─preguntó con falso interés el pelirrojo volteando a ver a su hermano.

Jungkook soltó una risa sin gracia mientras metía sus manos en los bolsillos de su pantalón.

─No es necesario la formalidad de cosas que no nos interesan. Ve al grano, Jeon. ─contradijo de inmediato el castaño observando con seriedad a alguien que podría ser perfectamente su espejo.

Mientras tanto Jihyun observó a su hermano con atención. Cabello medianamente largo, casi llegandole al mentón, castaño oscuro (cómo era su tono natural) y con leves ondas en el. Notó que la contextura corporal de Jungkook era... más grande que la suya. Por un segundo se arrepintió de haber dejado el gimnasio.
Observó detenidamente toda la piel que dejaba a la vista de aquel pijama holgado pero no logro encontrar ninguna mancha de tinta en la piel del castaño. ¿No dijo que tenía tatuajes? ¿Adónde los tendría?

─¿Ya terminaste de analizarme? ─interrogó Jungkook con molestia y a la vez incomodidad a lo que Jihyun se alzó de hombros.

─Dijiste que fuera al grano, tengo que saber en que rasgos específicamente diferimos.

Aclaró con una sonrisa en su rostro como si la situación fuera divertida. El pelirrojo acomodó el saco color azul de su traje y se observó a si mismo.