CAPÍTULO II. Todo el mundo sabe

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❲ 📜 ❳ 𝗖𝗛𝗔𝗣𝗧𝗘𝗥 𝗧𝗪𝗢 ━━━
Everybody knows.


Las merecidas vacaciones de los pilotos de la fórmula 1 habían comenzado, pero la mente de Lando no lo estaba disfrutando del todo.

El piloto de McLaren se encontraba acostado en su gran sofá, mientras miraba en su celular el Instagram de su antigua novia, donde la mayoría de las recientes publicaciones eran ella junto a Mason y en algunas fotos aparecía Sparrow: el pequeño husky que había adoptado junto a ella.

—¿Aún la extrañas? —le preguntó su ex compañero, Carlos Sainz, luego de darle un vaso con agua fría.

—No sabes cuanto —el británico se sentó correctamente y dejó su celular sobre la mesa ratona.

Sainz le dió un vistazo de lejos al teléfono de su amigo antes de sentarse a su lado. Bufó al ver lo mal que estaba viendo aquellas fotos.

—Ver esas fotos te va a hacer mal —opinó el español—. Créeme que ahora estás peor que antes, Lando.

Lando se quedó mirando un punto fijo con el vaso en mano, moviéndolo en forma circular sin haber tomado un sorbo de éste. Sus pensamientos estaban inundando toda su mente, hasta él mismo se preocupaba por si mismo, no es bueno estar en esa situación.

—Ey, ¿ese es Sparrow? —preguntó Carlos también viendo las fotos.

Lando no se percató de que su amigo había agarrado su teléfono, por lo que dejó el vaso sobre la mesa e intentó arrebatarle el teléfono.

—Dámelo —reclamó Norris.

—Ey, espera, quiero ver como esta el pequeño Sparrow —Carlos se levantó del sofá y se cambió a el sofá individual aún con el teléfono en mano—. Mira que lindura. Esta más grande, ¿no?

—No lo sé, Carlos. No lo veo desde hace más de un año —Lando se volvió a recostar en el sofá.

—¿Louise no te deja verlo?

—Claro que me deja verlo, pero no tenemos el tiempo suficiente como para dejarme pasar un momento con él —Norris suspiró pesadamente.

—No puede ser, Sparrow esta en la situación de padres separados —Sainz comenzó a reír escandalosamente, tratando de que su amigo sonriera un poco.

Lando negó con una media sonrisa y Carlos sonrió satisfecho de haber hecho reír un poco a su amigo, pero una sonrisa no era suficiente. El británico debería de estar disfrutando, no estar desanimado.

—De acuerdo —Sainz se levantó del sofá y dejó el teléfono sobre la mesa—. Es hora de divertirse y no se permite un no, tal vez y no sé como respuestas.

—Pero no quiero hacer nada —se quejó el piloto de McLaren, dando una vuelta hasta quedar tendido en el piso frío, pero refrescante para estas fechas con mucho calor.

—No, no, no. Que no te gane el desamor, la vagancia y la baja autoestima —decía el español, tratando de levantar como podía a su amigo—. ¡Lando! Por favor, levántate.

—Déjame aquí, por favor —suplicó.

—No. —Carlos tomó las dos manos de Lando y como pudo lo subió a el sillón —Quiero que te vistas bien. Prepara una valija con bastante ropa como para ir a una fiesta por noche y nos vámonos

—¿A dónde? —el británico lo miró confundido.

—A que el Lando Norris vuelva a ser el de antes.

𝗦𝘁𝗶𝗹𝗹 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗲     ❲ L. Norris ❳ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora