Soy una niña pequeña y tengo cuatro años. Me llamo Lucybell. Vivo encerrada en mi cuarto porque estoy muy enferma, pero nadie nunca sube a verme.
En mi casa vive un fantasma que es mi único amigo. Le puse por nombre Toph, es un niño grande. Toph es el único que me escucha, a veces creo que sólo el puede hacerlo, pues mi familia prácticamente ignoran mi existencia. Toph viene a verme todas las noches, juega conmigo y me lleva a la cocina a comer dulces. Pero mamá y papá nunca vienen. Eso me pone muy triste.
Cada día estoy más triste . Mis padres no me quieren y nunca me dejan salir de mi habitación Nunca salgo por el día, sólo por la noche cuando Toph viene a buscarme. Siempre vamos y robamos dulces, en ese momento me siento feliz y estoy bien, no me siento mal. Toph dice que estoy muy enfema y no me puede dar el sol. Mi piel es muy blanca. Toph se ríe de mí, dice que soy un vampiro, se ríe y se ríe, pero yo sigo triste.***
Hoy quiero salir por el día, así que espero que Toph se vaya. A las nueve de la mañana, cuando mami y papi están en la cocina desayunando abro la puerta y bajo las escaleras. Sin que nadie me vea bajo rápido y me escondo bajo la mesa. "Creo que papá me vió, me van a castigar" pienso mientras me saltan lagrimitas. Parece que no, que alivio, me quedo bajo la mesa esperando, los quiero asustar.
Mientras estoy bajo la mesa siento como se abre la puerta y alguien entra. Mis papás le saludan y le preguntan que pasa. Quién entra es Toph, vestido con un uniforme de secundaria, y agarrando un pan de la mesa, sale corriendo por la puerta hacia la calle. Toph no me llega a ver.
Me levanto y me pongo entre mamá y papá, ellos no me ven, pero a mamá le dan escalofríos y abraza fuerte a papá. Entonces me paro frente a la ventana. No pasa nada, me daba el sol y no me pasaba nada.
Empecé a caminar por la casa y en la sala de estar ví algo que me heló la sangre; era yo, era mi foto. Mamá y papá entraron y se sentaron en el sofá junto a mí, entonces mamá agarró la foto y en ese momento me dí cuenta de todo.
Mamá agarró la foto y la puso contra su pecho, empezó a llorar. Papá la abrazó y la llevó a su cuarto. Los dos lloraban.***
Resulta que hace años una niñita se enfermó gravemente, y nadie supo decir que tenía. Tampoco pudieron evitar su muerte. Esa pequeña era yo, pero no lo recordaba. No sabía que había muerto.
Nunca sentí el paso de los años, hasta que llegó Toph. Cuando creció y empezó a verme, cuando empezó a jugar conmigo empecé a contar las horas para que él llegara a jugar mientras todos en casa dormían. Por eso fue que me dí cuenta de que el tiempo existía, y que estaba avanzado, pero siempre estuve equivocada, pues ya el tiempo no pasaba por mí, y Toph nunca fue mi fantasma.
***
En los siguientes días hice mucho ruido, tiré muchas cosas, asusté a mamá y a papá. Ellos subían corriendo las escaleras, para ocultarse. Toph intentó ir a verme muchas veces, pero yo nunca lo dejé entrar; estaba enojada con él.
Un día mamá tropezó y se hizo mucho daño. Yo no quería hacer eso. Subí corriendo las escaleras y me encerré en mi cuarto. Toph volvió en la noche, subió a verme. Pero yo me escondí, no me dejé ver, pues me sentía avergonzada. Toph dijo muchas cosas en voz alta que no llegué a entender. Al final de todo me dijo que no lo hiciera más y cerró la puerta de un golpe. Desde ese día Toph nunca volvió a venir a verme. Ojalá hubiera hecho caso a lo que me dijo, pero estaba muy enojada.
***
Ya han pasado años. Ya mamá, papá y Toph no viven aquí. Se fueron, les daba miedo vivir aquí. No debí haberme enojado con ellos, pero me molestaba que no pudieran verme. Ahora estoy solita, en una casa en ruinas. Nadie nunca más quiso entrar a esta casa, pues los rumores se esparcen rápido. Estoy completamente sola vagando por estos terrenos todo el día. Extraño a Toph.
Nunca debí haber bajado ese día. No debí haberme enterado de que yo era el fantasma. Ahora, sólo me queda culpa, arrepentimiento.
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Otra Noche de Insomnio
DiversosHistorias que surgieron en noches de desvelo donde conciliar el sueño era imposible. Desde relatos de horror hasta poesías, cada letra es un segundo de sueño que me negaron mis pensamientos. Cada frase fueron varias horas sin poder dormir, porque la...