5

33 1 0
                                    

Viernes

No pude ir a la oficina hoy, mis piernas simplemente no están respondiendo, obviamente no puedo caminar y mi mamá llamó a un doctor para que viniera a analizarme y hacerme unos exámenes de sangre.

- ¿Que tiene mi hija doctor?

- No le podría dar un diagnóstico exacto, necesito primero ver los resultados de los exámenes y esos resultados se revelan hasta el lunes.

- ¿Usted me llamará para entregarme los resultados ese día?

- Por supuesto que si, aunque puede venir desde las 8 de la mañana al consultorio para reclamarlos personalmente si gusta.

- Veré que puedo hacer ese día.

Mi madre acompañó al doctor hasta la puerta y se despidió amablemente.

- Estoy preocupada por ti Lalisa.

- Mamá ya escuchaste al doctor, el lunes me entregan los resultados.

- Espero no sea nada malo.

- Yo sé que no será tan grave, además no estoy tan mal.

- Lalisa, no puedes mover, ni sentir tus piernas y dices que no estás tan mal.

Mi madre tiene razón, estoy fatal, pero estoy ocultando mis ganas de llorar de la impotencia de no poder caminar.

- Por cierto, Jennie llamó y dijo que vendrá a quedarse este fin de semana para cuidarte.

Me emocionaba ver a mi novia, solo una de sus sonrisas podría quitarme esta tristeza que siento.

Jennie llegó a eso de las 6pm, me saludó y me ayudó a desplazarme hacia el comedor para comer la cena que mi madre preparó.

- Y ¿que dijo el doctor?— Jennie preguntó algo preocupada mientras tomaba algo de jugo.

- Le hicieron unos exámenes y me contactaran hasta el lunes para darme los resultados.— Mi madre le contó.

- Tengo miedo.

- ¿Por qué?

- No creo que los resultados sean buenos.

- Jennie, no me ayudas mucho teniendo esa negatividad.

- Perdón suegra, pero es que en verdad no siento que los resultados digan buenas cosas acerca de la salud de Lisa.

- Yo pienso lo mismo— Dije tristemente mientras seguía comiendo con la cabeza agachada.

Mi mamá y Jennie me miraron con pesar al escucharme decir eso, hasta podría decir que ambas tenían ganas de llorar.

Después de la cena, Jennie me ayudó a hacer mi rutina antes de dormir, también me ayudó a estirar las piernas con algunos ejercicios que encontró en internet, por un momento volví a sentir que mis piernas ya estaban despiertas pero al intentar caminar me caí al suelo, terminé llorando de impotencia en los brazos de Jennie que también lloraba conmigo.

No podía dormir, solo pensaba en que ¿por qué me tenía que pasar todo esto a mi?.

Mientras miraba al techo sentí como Jennie se removió en las cobijas y se acurrucó junto a mi.

- ¿Sigues pensando en eso amor?

Si voz adormilada me hacía querer llorar de nuevo, ella es tan bonita.

- Solo un poco, además no tengo sueño y tú deberías intentar dormir.

- No puedo dormir si tú no lo haces.

- Nini, no quiero dormir, ya dormí en la tarde antes de que tú llegaras.

- Bueno entonces me quedaré despierta contigo.

- Está bien, pero ¿que hacemos mientras estamos despiertas?.

- Hagamos preguntas la una a la otra.

- Okay, yo empiezo. ¿Que harías si yo muero primero que tú?.

- Lili... no empieces a decir esas cosas.

Sentí como algunas lágrimas provenientes de Jennie caían en uno de mis hombros descubiertos.

Abracé a mi novia esperando a que se calmara.

- No se que podría hacer si un día mueres mi amor.

- Yo tampoco se que haría sin ti, no quiero dejar sola jamás, perdóname por hacerte esa tonta pregunta.

Me acerqué lentamente a los labios de Jennie y la besé como nunca antes lo había hecho desde que empezamos a salir.

En el beso trataba de transmitirle todas mis emociones y todo mi amor hacia ella. También podía sentir que ella hacía lo mismo, ella simplemente es un ángel.

Cuando terminamos de besarnos, Jennie estiró su mano hasta la mesa de noche y agarró su teléfono para mirar la hora.

11:00 pm

- Salgamos

- ¿Que? ¿A dónde?

- No preguntes, solo ven conmigo Lili.

Con cautela me alisté gracias a la ayuda de Jennie y salimos de la casa sin que mi madre se diera cuenta.

Rápidamente entramos en el auto, está vez yo en el asiento del copiloto, que bueno que le había enseñado a Jennie a conducir.

La atmósfera en el carro era silenciosa pero cómoda y amorosa.

Jennie me miró y me dió una de sus sonrisas gomosas que tanto me encantan, encendió el auto y puso música mientras conducía hacía algún destino.

- ¿A dónde vamos, nini?

- Ya lo verás, mi cielo.

Llegamos a una playa muy conocida para mí. En esta playa le pregunté a Jennie formalmente si quería ser mi chica.

- ¿Alguna razón por la que me trajiste aquí, cariño?

- Ya que no tienes sueño y me hiciste esa pregunta, quise traerte aquí para pasar la noche.

Me acerqué un poco hasta su rostro y la besé con el mismo sentimiento de hace poco cuando estábamos en mi cama arropadas.

- ¿Quieres quedarte aquí en el auto o salimos a sentarnos en la arena?

- Prefiero quedarme en el auto contigo.

Otra vez la besé nuevamente mientras de fondo se escuchaba una canción romántica.

Instantáneamente los besos se fueron intensificando y nos trasladamos hasta los asientos traseros del auto.

Mientras besaba a mi novia tenía tantas ganas de hacer el amor con ella, algo que Jennie supo de inmediato por la forma torpe en que traté de quitarle su chaqueta.

Cuando ya ninguna de las dos tenía alguna prenda de ropa encima, nos entregamos la una a la otra con mucha pasión y amor.

Después de que terminamos, nos acomodamos para poder dormir mientras mirábamos la luna desde una de las ventanas del auto.

- No quiero que vuelvas a preguntar esas cosas Lili.

- Perdóname cariño, no pensé que te pondrías así.

- Además, nosotras viviremos hasta que seamos ancianas ¿verdad?.

- Claro que si, mi amor.

Le dí un beso en la frente para tranquilizarla y dejar que durmiera.

Fall Asleep. JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora