UNO

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                                   KEIRA

—Tengo que salir de aquí, no puedo quedarme o me matará.— Me digo mientras atravieso el  estrecho pasillo que da a la cocina.
Me se todos los rincones de esta mansión, llevo viviendo aquí desde hace dos meses pero me he preocupado de la seguridad de esta casa durante años. Atravieso la cocina no sin antes coger un cuchillo, lo guardo en el bolsillo del pantalón de pijama.

— Esa zorra tiene que estar por algún lado – Escucho agitado a uno de ellos.Estaban revolviendo todo.

—No podemos dejar que se vaya o James nos cortará las pelotas.— Contestó el segundo muy agitado mientras abría un baúl.

Me metí en la cámara frigorífica lo más rápido que podía, estaba sangrando por el corte del brazo y por el dolor que sentía estoy segura que tenía una costilla rota, o dos.

— Vamos, aquí no está. Busca tú por el jardín y yo iré a buscar por el comedor.— le señaló la puerta que daba al patio. Los dos hombres salieron deprisa de la cocina.

Espere un poco más, aunque corría el riesgo de congelación por momentos, necesitaba recuperar el aliento. Salí y fuí directa a desactivar la alarma, me sabia la combinación, era yo la que me encargaba de ponerla todas las noches. Llegué hasta la parte de atrás del jardín. El muro no era demasiado alto y podría saltarlo sin problemas a pesar de estar malherida.

Me costó un poco más de lo esperado, escalarlo me provocó varios rozones en las piernas y en los brazos pero ya estaba fuera, no podía quedarme aquí, todavía corría peligro, tenía que irme de Nearon, tengo que salir de la ciudad ya.

Nearon no era una ciudad muy grande pero estaba muy bien situada entre varios canales, por lo que era muy valiosa para el trasporte de todo tipo de mercancías ya fueran legales o no. La familia Donna gobernaba la ciudad desde hacía décadas, nadie en la ciudad montaba un negocio sin que ellos se llevaran beneficios. Hace dos años, James se puso a la cabeza después de que su padre Arthur recibiera una bala en el estómago que lo dejo por varios meses en el hospital. Quien apretó el gatillo era el dueño de una frutería, no estaba pasando por su mejor momento financiero y las deudas que había contraído con la familia Donna eran cada vez mas grandes, ya había recibido amenazas antes pero lo que le hizo reaccionar así fue cuando los hombres de Arthur secuestraron al hijo menor. Desde entonces yo pase a ser la encargada de la seguridad de la casa de la familia Donna junto con mi padre, me había ganado el puesto, mi padre era militar pero prefirió la vida al margen de la ley, según él, daba más dinero y menos peligro.
Me había pasado la mayor parte de mi vida entrenando para matar, torturar y defender los intereses de James y su familia. Había realizado trabajos que me perseguían a modo de pesadillas todas las noches, no estoy orgullosa de a lo que me dedico, no tuve elección.
Mi padre no era mala persona pero todo cambio cuando mi madre murió al poco de nacer yo ,no se la razón, solo se que sacar el tema de la causa de la muerte de mi madre solo iba a traer evasivas y ponerle de mal humor. Cada día se volvió más frío, más cruel y así sin mas, se convirtió en el mejor sicario que la familia Donna pudiera tener,  y ahí estaba yo, obligada a seguir sus pasos. Alguna vez me había negado a realizar algún trabajo para ellos y el castigo recibido duraria en mi piel a modo de cicatriz para siempre. Por eso, cuando me propusieron encargarme de la seguridad de la mansión , me pareció buena idea, se acabarían los trabajos en los que tuviera que estar extorsionando a hombres y mujeres para que pagaran la cuota a la familia Donna.

Pero ahora me encontraba fuera de los muros de la mansión, mi brazo seguía sangrando , tengo dolores en casi todo mi cuerpo y no se a donde ir, todo mi entorno era la familia Donna, solo había una persona en la que confiaba, ella era mi única amiga, se llama Martiella y es la hija de la cocinera de la mansión. A menudo nos confundían y nos decían que eramos hermanas y así la consideraba ya que las dos eramos delgadas, de piel blanca y casi el mismo tono de rubio. Pero no podía meterla en esto, si se entera James que e hablado con ella, que la e pedido ayuda, no me quiero imaginar lo que la hará. No me lo perdonaría jamas, pero me partía el corazón no poder despedirme de ella,  estaba segura que no volvería a verla. Estaba sola en esto.

Todo comienza contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora