- O1

41 4 0
                                    


— ¡¿Qué?!—dijo la pelinegra en una voz alta, llamando la atención de las pocas personas que se encontraban por los pasillos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¡¿Qué?!—dijo la pelinegra en una voz alta, llamando la atención de las pocas personas que se encontraban por los pasillos.

— ¿Quieres dejar de gritar, Chae?—le dije poniendo una mano en su boca.

Río levemente y apartó mi mano.— Perdón pero, ¿cómo que vas a salir con Sunghoon?

— Simplemente me lo pidió, y como no hago nada interesante pues acepté.

— Ya veo mi remplazo.

— Calla anda, ¿desayunaste?—ésta negó.— Vamos a por algo.

En la hora del receso estaba cerca de la clase de Chaewon esperando a que saliera

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


En la hora del receso estaba cerca de la clase de Chaewon esperando a que saliera.
En la puerta de la clase se encontraba Sunghoon rodeado de varias chicas, a éste parecía darle igual ya que su mirada estaba puesta en mí, la única diferencia a la de ayer es que su mirada era tranquila y tenía una amplia sonrisa, dejando a ver unos marcados y lindos colmillos.

No sé por cuanto tiempo estuve observándole, solo sentí un toque en mi hombro dándome cuenta de que Chaewon estaba a mi lado.

— ¿Estás segura de salir con él?—le dió una mirada rápida.— No deja de estar rodeado de chicas. No me malinterprendas solo, no quiero que te ilusione o algo y después te dejé fatal.

— ¿Por qué iba a ilusionarme? No niego que no sea lindo pero, no tiene nada del otro mundo.

— Ajá, en fin, vamos a la cafetería.

Asentí levemente y la seguí, dándole una mirada rápida a Sunghoon, el cual había dejado de mirarme y ahora se encontraba hablando con Seeun.

— No puede ser...—murmuró la pelinegra.

— ¿Qué pasó?

— No hay pastel de fresa...

Reí levemente y la miré.— Coge de chocolate.—dije saliendo de la fila al haber terminado de coger mi comida.

— ¡No es lo mismo!—comenzó a seguirme con un leve puchero.

Íbamos a ir a nuestra mesa habitual pero, para mala suerte, estaba ocupada por Sunghoon y unas chicas más.

STARS  |  PARK SUNGHOON Donde viven las historias. Descúbrelo ahora