Capítulo 4

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  En la mansión Kanawut se estaba preparando una gran fiesta, se casaba el hijo del gran magnate Kinn Kanawut. Debería ser un evento a gran escala y con muchos invitados, sin embargo, solo invitaron a los más allegados y a la crema innata de la sociedad de Tailandia.

  Grandes empresarios como los dueños de los hoteles Nikko's, así como los hoteles Saturno. Personas muy ricas e influyentes, tal como los socios de Kanawut.

Trataron de evitar personas del medio del espectáculo, no querían cámaras ahí. Este evento no era para presumir ni causar envidias sino para unir.

  También estuvieron presentes el señor Jack Pruk, así como su hijo. Además, algunos miembros de la organización, personas que estaban al mando de algunas de las familias, como en el caso de Max Nattapol, líder de los Kanawut en Tailandia. 

  Este último, aunque era el líder encargado de Tailandia, sabía perfectamente que sus jefes vivían ahí y cuidaba como un perro fiel a Gulf Kanawut. Y ¿cómo no lo iba a hacer?, si ha estado enamorado de ese chiquillo desde hace algunos años. Gulf lo salvó de una muerte inminente y gracias a ello, Gulf se ha convertido en una persona muy importante para él. Y ¡ay de aquel que le haga daño!

  A la mansión comenzaron a llegar desde temprano los trabajadores contratados para la ceremonia; meseros, cocineros, chef, además de un pastel enorme con un par de novios en el último piso, viéndose a los ojos muy enamorados. 

  ¡Qué ironía! Ellos ni siquiera se habían visto y muchos menos estaban enamorados y quién sabe si lo estarían, si se verían a los ojos con amor o se sacarían los ojos con odio.

  El gran salón de la sala se había convertido en un gran salón de eventos, decorado con algunas rosas rojas, alcatraces y, por supuesto, no podían faltar girasoles. Flores por toda la casa, algunas sillas con sus respectivas fundas blancas decoradas con unos elegantes moños azules. Al frente de estás, una pequeña mesa, donde sentaron al juez que los iba a casar.

  Ya era medio día y la ceremonia ya debía de empezar, pero ninguno de los contrayentes estaba presente. Era lógico que alguno de los novios se diera a desear, y que el otro lo esperara frente al juez, sin embargo, ninguno de los dos estaba. La gente comenzó a murmurar.

  —Creo que algo pasó —mencionó Nunew a su novio, Zee Pruk.

  —Tal vez, aunque tal vez tu primo definitivamente no va a obedecer a tu tío —algo preocupado mencionó Zee, ya que si esta boda no se celebraba, tal vez la de él tampoco.

  Y eso no lo iba a permitir. Muchos años ha estado enamorado de Nunew y ahora que la vida y su padre le daban la oportunidad de tenerlo para siempre a su lado, no iba a dejar que otras personas arruinen sus planes.

  —Creo que tienes que ir a hablar con él y alentarlo para que baje —ánimo a su novio a qué él también luchará para que ellos estuvieran juntos.

  —Hia, no creo que Gulf sea el problema. Sé muy bien que él se va a casar, de hecho, acabo de bajar de su habitación y ya está listo. Creo que es otra cosa. Creo que el que se arrepintió fue Mew suppasit. Ni siquiera sabemos si ya está en Tailandia. Tal vez siga en Hong Kong.

  —Tienes razón —ahora fue Max el que habló—, ese maldito seguro no llegará y eso me alegra —dijo feliz y esperanzado de que así sea.

  —Amigo —Zee palmeo la espalda de Max—, estás muy enamorado de mi futuro primo.

  —No te imaginas cuánto —contestó Max—, si fuera por mí, buscaba otra manera para que se uniera a las familias. Pero la gente no está dispuesta a una tregua así. Mi gente incluso ha dicho que trabajemos en ganar más gente para ser los líderes supremos. Y nos hemos topado con varios traidores. Incluso sabemos de varios que se fueron con otro supuesto líder. 

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