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SE ESCUCHABA EL SONIDO de los vasos chocando y los cubiertos de plata colocados, y el sonido de los viejos clásicos invadió los oídos enjoyados de Choi Sora mientras estaba sentada sola en una mesa circular.
Se veía más que hermosa esa noche en particular, ya que era el decimoctavo cumpleaños de su mejor amiga. Tenía el vestido de fiesta negro más bonito con destellos plateados atravesándolo, y su maquillaje estaba hecho a la perfección, aunque era simplemente imposible ver toda su cara debido a la máscara negra y dorada que llevaba y que cubría la mayor parte de su cuerpo.
Sora dejó escapar un suspiro mientras sus ojos miraban alrededor del gran salón de baile en busca de la cumpleañera.
Una vez que finalmente encontró a Kim Dohee, se apresuró a enviarle una sonrisa alegre con la esperanza de animarla.
Sin embargo, la tristeza que sentía Dohee era evidente y Sora tomó un sorbo del vino de los niños que le dio una de las camareras que caminaban con una bandeja de bebidas alcohólicas y resopló.
Hoy probablemente habría sido el mejor día del mundo para Dohee si sus padres no hubieran organizado todo el evento sin pedirle su opinión y, de hecho, se hubieran preguntado qué había querido hacer la chica Kim.
Sora se lamió los labios y tomó la decisión de levantarse y dirigirse hacia Dohee. Ella misma ya estaba harta del baile y las sonrisas falsas que estaba recibiendo hacían casi insoportable estar allí por más tiempo.
"Dohee." comenzó Sora, de pie junto a su mejor amiga que estaba junto a la mesa de regalos cerca de la entrada, saludando a las personas que llegaban. "Regresemos a los dormitorios. Entonces podremos celebrar tu cumpleaños como es debido."
Dohee puso los ojos en blanco e hizo un ligero puchero. "Me encantaría, pero mis padres me están observando como un halcón. Tú sal primero, yo intentaré regresar tan pronto como pueda." dijo y Sora asintió con tristeza, antes de mirar a los padres de Dohee y luego a su amiga antes de despedirse y dirigirse hacia las puertas.
El aire de la noche era claro, pero todavía había un viento frío que hizo que se le pusiera la piel de gallina en los brazos de Sora mientras abrazaba su cuerpo con la esperanza de encontrar calor en el calor de su cuerpo.
Las luces que iluminaban el camino no servían de mucho ya que parpadeaban y hacían ruidos estáticos, dándole a Sora la impresión de que iban a explotar en cualquier momento.
Mientras la chica Choi caminaba con la cabeza gacha y los brazos cruzados frente a ella, su cuerpo chocó con uno más fuerte, lo que la hizo gruñir y soltar el bolso que tenía en la mano.
"Oh, lo siento." ella murmuró y fue a agacharse para volver a recogerlo, pero el extraño ya se le había adelantado y ahora se lo estaba devolviendo.
El chico era alto. Tenía una figura esbelta y por lo que Sora podía ver, tenía labios carnosos y una nariz inclinada, y su cabello castaño encajaba perfectamente en la parte superior de su cabeza.
Casi podía ver sus ojos debido a la máscara azul marino, casi negra y dorada que llevaba. Llevaba un par de pantalones blancos y la chaqueta de su traje hacía juego con el color de su máscara. El oro de su traje le sentaba perfectamente al chico, y mientras Sora lo miraba de arriba abajo, no pudo evitar recordar a un príncipe.
"Aquí tienes." su voz estaba en una mezcla de profunda y neutral mientras hablaba y le devolvió a Sora su bolso.
"Gracias." ella sonrió y observó cómo el niño se quitaba la máscara. Sintió que se le quedaba el aliento en la garganta cuando hicieron contacto visual. Era más que guapo. Sus cejas eran afiladas y sus ojos cautivadores, y los pocos lunares que salpicaban su rostro lo hacían aún más perfecto.
Sora siguió las acciones del chico y también se quitó la máscara. Ella notó que había una mirada de dolor en sus ojos, pero el dolor pronto desapareció con el hambre cuando hicieron contacto visual.
"Soy Sora, ¿eres pariente de Dohee?" ella se preguntó y el chico sacudió levemente la cabeza.
"Sora, harás todo lo que te diga." dijo mientras miraba fijamente a los ojos de Sora.
Sus cejas se fruncieron con confusión y se alejó de él. "¿Disculpe?" Sora se rió entre dientes. "¿De qué estás hablando?" ella cuestionó y lo miró de arriba abajo como lo había hecho no hace mucho, pero esta vez, en lugar de una mirada de fascinación, era de disgusto.
Sora observó cómo los ojos del chico se posaban en el collar que colgaba de su cuello, lo que la hizo levantar la mano y sujetarlo en caso de que intentara tomarlo.
La ira se mostró en la cara del chico y Sora comenzó a alejarse lentamente de él. Estaba confundida sobre por qué el chico le hablaba como si tuviera control total sobre ella, pero mientras se alejaba, sacudió la cabeza, tratando de olvidar que la situación alguna vez sucedió.
"Sora." llamó el chico, haciéndola detenerse en seco y girarse ligeramente para mirarlo. "Te veré por ahí."
