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"DEJA DE MOVERTE." Sora impacientemente gimió con una risa mientras agarraba suavemente el brazo de Sunghoon y lo atraía hacia ella.
"Hace frío." Él se quejó y Sora puso los ojos en blanco mientras cerraba el grifo.
"Es la única manera de estar limpio." Dijo, mirando sus pies que estaban cubiertos de manchas de tierra seca y húmeda. "Porque no vas a entrar así." Ella sacudió la cabeza y Sunghoon puso los ojos en blanco.
"Como sea." Se burló. "Sólo hazlo rápido".
"Lo haría si no empezaras a huir como un perro al que obligan a bañarse." Sora respondió y se apresuró a volver a encender la manguera, antes de rociarlo.
"¡Ah! ¡Detente! ¡Hace mucho frío! ¡Sora!" Sunghoon gimió como un niño y Sora no pudo evitar reírse.
"Cállate, Sunghoon." Ella se rió y movió la dirección de la manguera desde su tonificado estómago hasta su cara.
La acción hizo que Sunghoon jadeara y extendiera las manos como una forma de intentar evitar que el agua siguiera atacando su rostro, pero fue inútil.
Sora se quedó riéndose de él. Le pareció muy divertido escuchar sus demandas de que ella "lo dejara" y que estaba siendo "tonta", pero la chica lo ignoró todo y continuó empapándolo.
De repente, los ojos de Sora se abrieron mientras observaba cómo Sunghoon le arrebataba la manguera y le echaba el agua.
Se escucharon jadeos provenientes de ella cuando se dio la vuelta para quedar de espaldas a él.
"Sunghoon, ¿qué diablos? ¡Detente!" Exigió, y lo único que escuchó como respuesta fue su carcajada.
Ella puso los ojos en blanco y antes de que Sunghoon se diera cuenta, Sora giró sobre sus talones y comenzó a luchar juguetonamente contra él por la manguera.
Sus risas se podían escuchar a una milla de distancia pero no les importó. Para ellos, empaparse mutuamente significaba que estaban pasando el mejor momento de sus vidas y eso era lo único que importaba.
No importa cuán empapados estuvieran, y no importa cuán perros mojados parecieran, Sunghoon y Sora estaban felices porque estaban juntos.
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Más tarde ese día, una vez que los dos se secaron, regresaron al interior. Sora se sentó en el suelo frente a la pequeña mesa cuadrada y Sunghoon se sentó en el banco no lejos de ella.
Se sentaron en un cómodo silencio mientras Sunghoon leía su libro y Sora barajaba al azar las cartas que habían estado en el auto de Sunghoon.
"Sunghoon." Gritó, con los hombros caídos por la tristeza. La chica había estado pensando en el futuro y en cómo ella sería la única que envejecería, mientras que Sunghoon y Dohee seguirían siendo jóvenes y hermosos.
"¿Eh?" Él tarareó, apartando la vista de su libro y mirándola a ella.
Un suspiro tembloroso salió de Sora mientras jugaba ansiosamente con sus dedos. "¿Podrías morderme?" Ella preguntó vacilante y Sunghoon soltó una risita.
"No funciona así." Dijo y Sora resopló.
"Está bien, pero quiero que me conviertas." Ella reveló, y Sunghoon se mordió suavemente el labio.
"¿Por qué?"
"Bueno, tú y Dohee seguirán siendo jóvenes y yo me convertiré en una anciana arrugada y no quiero eso." Explicó Sora, sintiendo su corazón apretarse de dolor mientras sentía como si su garganta se cerrara.
"No puedo." Sunghoon negó con la cabeza.
"¿Pero por qué?" Preguntó con tristeza, sintiendo una lágrima derramarse pero rápidamente secándola. "Por favor, Sunghoon."
"No es que no quiera, es sólo que tú no puedes. Tu tipo de sangre es demasiado poderosa y simplemente te mataría de inmediato y no quiero verte sufrir una muerte dolorosa, o incluso morir." Sunghoon le dijo, y sus cejas se arrugaron con tristeza después de escucharla sollozar en voz baja, haciendo todo lo posible por mantener el hecho de que estaba molesta lejos de Sunghoon.
El chico Park obviamente lo había escuchado, y antes de que Sora se diera cuenta, Sunghoon estaba sentado frente a ella.
"Está bien, Sora." Él susurró y suavemente colocó un mechón de su cabello castaño detrás de su oreja.
Ella sollozó una vez más y dejó escapar un hipo, antes de que su mano se extendiera para quitar otro año que había caído.
Mientras Sunghoon la miraba, no pudo evitar notar la cicatriz que tenía en la mejilla y la angustia se apoderó de él mientras la pasaba suavemente con el pulgar.
"¿Duele?" Su tono era gentil y afectuoso y Sora silenciosamente sacudió la cabeza.
Sunghoon continuó notando el dolor en sus rasgos, por lo que se inclinó ligeramente hacia atrás y se dio una breve charla mental antes de comenzar a hacer muecas divertidas y tontas con la esperanza de animar a Choi Sora.
Lo hizo, y en cuestión de segundos, la habitual, dulce y acogedora sonrisa volvió a los labios de Sora.
Los dos se rieron entre dientes y una vez que Sunghoon decidió que ya era suficiente, inclinó la cabeza avergonzado.
"No te avergüences, Sunghoon." Ella se rió y juguetonamente le empujó el hombro, sus lágrimas saladas ahora se secaban en sus mejillas. "Fue divertido. Me animó."
Sunghoon se rió levemente, aún contemplando si debía mirarla de inmediato o esperar un poco más, pero antes de que pudiera tomar una decisión, el sonido de autos y una motocicleta deteniéndose afuera hizo que sus ojos se abrieran y el pánico burbujeara dentro de su rostro y su pecho.
