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HABÍAN PASADO UNOS DÍAS desde el rudo encuentro que Sora tuvo con Tara, y ahora estaba sentada frente a Dohee en el 'Sigsa Bar' con un plato de comida frente a ellas.
"Estoy realmente confundida acerca de cómo conoces a toda esta gente." Sora confesó y se puso un chip en la boca y sacudió ligeramente la cabeza.
"Se llama socializar, Sora." Se rió Dohee. "Es algo que realmente deberías intentar."
Sora juguetonamente puso los ojos en blanco y se rió en voz baja ante la respuesta de su mejor amiga.
"Está bien, pero seguramente tendrás que ir a algún lugar para encontrar gente."
"Sí. Salgo por la noche, me divierto. No me quedo en casa, estudiando o durmiendo." Dohee respondió y se encogió de hombros.
"Te has convertido en una verdadera rebelde desde que cumpliste dieciocho años." Sora bromeó y Dohee se rió, bebiendo de su pajita después de colocar su hamburguesa en su plato.
"Sora, realmente lamento la forma en que Tara te trató el otro día." Dohee miró a la chica más joven con sinceridad en sus ojos y una pequeña sonrisa apareció en los labios de Sora.
"No es tu culpa, Tara obviamente simplemente no estaba teniendo el mejor de los días." Ella se encogió de hombros y Dohee asintió con la cabeza. "Y no tengo idea de qué hicimos Sunghoon y yo para que ella pensara que algo estaba pasando entre nosotros."
"Mm, no lo sé..." Dohee sonrió astutamente con un timbre alegre en su dulce voz. "Te he visto con Sunghoon varias veces recientemente."
Sora frunció el ceño y se inclinó hacia adelante con una expresión intrigada.
"La pastelería." Ella informó, haciendo que la mandíbula de Sora cayera ligeramente para explicarse, pero antes de que pudiera, Dohee ya estaba exponiendo su caso. "Estaba caminando por la ciudad y pasé por la panadería y miré por la ventana y allí estaban tú y Sunghoon. Ambos tenían comida frente a ustedes, así que me hizo pensar que era una cita." Ella explicó con una sonrisa que hizo que los ojos de Sora se abrieran.
"No." Sora sacudió la cabeza en señal de protesta. "Estuvo lejos de ser una cita. Sólo me senté allí con él para ver si te había visto y para ver si estaba bien después de esa pelea que tuvo con Ej en la fiesta."
"Está bien, ¿y qué pasa con la biblioteca?"
"¿Tú estabas ahí?"
Dohee asintió, "Estaba pasando cuando buscaba a Jungwon."
"¿Estabas buscando a Jungwon?" Sora cuestionó y la chica Kim meneó la cabeza una vez más. "Ustedes dos se han vuelto muy cercanos en las últimas semanas. ¿Ya se han besado?" Sora levantó una ceja de manera burlona, rápida y fácilmente dirigiendo la conversación hacia su amiga.
Un grito ahogado dejó a Dohee mientras se ponía una mano sobre la boca, atónita.
"Sora, ¿de qué estás hablando?" Preguntó en voz baja. "Jungwon y yo sólo somos amigos." Ella afirmó firmemente y bajó la mano.
"Mm, si tú lo dices." Sora tarareó y volvió a comer, dejando a Dohee nerviosa ante ella.
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El sol pronto se puso y las dos chicas caminaban muy juntas cuando pusieron un pie en el campus. Sus brazos estaban entrelazados debido al frío y se hizo una pequeña charla mientras Sora le contaba sus pensamientos sobre conseguir un trabajo en el restaurante.
"Definitivamente deberías intentarlo. Será una buena oportunidad para ti." Dohee declaró cuando se detuvo junto a la fundación en el centro del campus.
"Probablemente volveré allí mañana porque no tengo clases en todo el día." Sora le dijo y Dohee asintió, antes de que su móvil comenzara a sonar.
Sora esperó pacientemente a que Dohee terminara, y cuando lo hizo, las dos chicas se estaban despidiendo por la noche.
Sora cruzó los brazos sobre el pecho para tratar de buscar calor mientras se dirigía a los dormitorios.
"Sabes que no es seguro para ti estar aquí sola a esta hora de la noche." Dijo una voz suave y de tono medio, lo que provocó que Sora se detuviera y mirara detrás de ella.
Pronto se enfrentó a un chico alto que tenía cabello negro, que había sido cortado al estilo de un corte de lobo y una banda negra para el sudor estaba colocada en su frente. Estaba vestido con una sencilla camiseta negra que tenía escrito en blanco la marca de la camiseta y un par de pantalones cortos de baloncesto negros que llegaban hasta sus rodillas desnudas.
"Y sabes que es otoño y no pleno verano, ¿verdad?" Expresó, mirándolo de arriba abajo, refiriéndose a sus pantalones cortos.
Una risa se escapó de sus labios carnosos y rosados mientras corría suavemente para alcanzar a Sora.
"Tienes razón." Él sonrió y puso sus manos en sus bolsillos mientras lentamente comenzaban a caminar uno al lado del otro. "Por cierto, soy Choi Beomgyu." Extendió su mano y Sora la estrechó cortésmente.
"Soy Choi Sora."
"Lo sé." Él asintió, haciendo que Sora levantara una ceja. "Eres la mejor amiga de Kim Dohee. Estoy bastante seguro de que todos saben quién eres, o al menos tu nombre." Explicó, ganándose una risa y un asentimiento en respuesta.
Los dos se quedaron en silencio, haciendo que el viento y el leve ruido de la fuente detrás de ellos fuera lo único que podían escuchar.
"¿Me estás siguiendo a casa?" Sora se preguntó y miró a Beomgyu, quien ahora tenía una pequeña sonrisa en sus labios.
"Tengo que asegurarme de que una chica bonita como tú llegue a casa sana y salva." Le guiñó un ojo, lo que provocó que Sora soltara una carcajada y asintiera con la cabeza.
"Gracias, pero estoy cien por ciento segura de que puedo llegar a mi dormitorio de forma segura." Sora habló, señalando el complejo de dormitorios que ahora estaba frente a ellos.
Beomgyu se lamió ligeramente el labio inferior y miró hacia el suelo antes de volver a mirar a Sora y asintió con la cabeza.
"Está bien, fue un placer conocerte Sora." El chico Choi saludó y Sora pronto le devolvería el saludo mientras se dirigía al alojamiento, con una sonrisa vertiginosa en sus labios.
