- Ya tengo que irme- gritó una voz desde el escenario.
- No!!!!!!!!!- gritaba toda la multitud
- Bueno, una última canción- respondió.
Todos gritaban de felicidad.
- ¿Les gusta "Promise"?- preguntó de forma muy alegre, mientras que su largo cabello no paraba de moverse.
Todos asintieron con gritos, otra vez. Las luces se apagaron, solo se divisaban los juguetes luminosos del público. Yo me encontraba detrás del escenario, sentada, sin nada que hacer, ya conocía toda la rutina del concierto. Leía, un libro era mi única compañía. Mi silla se encuentra en el pasillo que lleva hacia el público. Todos pasaban al frente mío. Iba a beber un trago de mi botella, cuando alguien me habló.
- Haku, ¿te encuentras bien?- me dijo la chica con la cinta blanca acercándose a mí.
Yo suspiré. Ella al ver mi reacción supo que no era así. Quería seguir, pero tenía que ir a cantar.
- Luego de esta canción te vengo a acompañar- Fue lo único. Se alejó de mí, dejándome las palabras en la boca. Se me habían quitado las ganas de beber, por lo que tomé mi libro y continué leyendo. Actuaba que leía. No me podía concentrar. Alrededor está lleno de Vocaloids y lamento no poder ser uno de ellos. Ni siquiera debería que estar aquí, tenía que quedarse junto a los Voyakiloids y a los Utau. El solo pensarlo me deprimió, levante mi botella y tomé un trago bien largo, me hace sentir mejor.
Al fin de la canción, las luces del escenario se apagaron. Todos se fueron retirando, por lo que se sentía mucho ruido. Rin se volvió a acercar, y esta vez con Miku:
- Hola Haku- me dijo la chica de los cabellos aguamarina.
- Hola- le respondí.
- ¿Es bueno el libro?- proseguía.
- Si, -intentando cambiar de tema...- Cantaron muy lindo esta noche.
- Gracias.
- Tú deberías ir allá- interrumpió la de claros cabellos cortos.
- Pero no puedo- le insistí.
- ¿Qué tal si vamos a mi habitación? Podemos hablar- continuaba desarmándose las coletas.
- Claro- le respondí, no le podía negar, ella es muy buena conmigo sería malo ignorarla.
- Rin!!!!!!!!!!!! – le gritó el chico rubio despeinado.
- Ya voy!- le gritó devuelta – en otro momento conversaremos las tres, adiós.
- Adiós- se despidió Miku moviendo su mano.
Me paré y caminamos hacia el lugar.
El lugar es muy grande. De hecho me confunde, no podría decir si es un palacio o un castillo, aunque no conozca la diferencia. Hay un pasillo con una alfombra larga y pilares alrededor de color crema, con unos 2 metros de alto, paredes entre una mezcla de morado-fucsia, que por un lado tienen muchas puertas, y por el otro ninguna pero en ella se encontraban 2 ventanas algo distanciadas. Al final del pasillo, hay una gran escalera con tres salidas, la de en medio lleva a unas puertas gigantes cerradas, las otras dos llevan a un "mini-pasillo" con baranda y vista a la entrada principal, de la cual van apareciendo más puertas.
Subió por las escaleras de en medio, y la seguí. Abrió una de las puertas, entré, y entró ella, cerrando la puerta, entrando a su habitación.
Ambas al entrar nos sentamos en la cama. A ella no le gusta el licor, por lo que me obliga a dejarlo afuera. Su habitación es un palacio. Una ventana gigante y elegante, paredes fucsia, cama con cortinas recogidas de los pilares y mucho espacio.