Samantha estaba a un paso de perder la cordura si continuaba en ese colegio de mierda un día más, la hija de Zeus sabía que el tiempo se le agotaba para poder sacar a salvo al par de hijos de Hades y si fallaba en el proceso Hera y sus mierdas serían el menor de sus problemas comparado con el rey del inframundo. Pero sacarlos de ahí no le estaba siendo nada fácil por culpa del DR. ESPINO, quien se la pasaba apartándola pasiva-agresivamente del camino de esos chicos, bueno, a ella y ese sátiro disfrazado que había llegado un par de días tras la de llegada del monstruo.
Sí quería salvar a ese par de hermanos debía hacerse aliada de ese mal intento de actor llamado Grover Underwood, durante un "momento disciplinario para ella" decidió atraparlo en uno de los salones, Sam casi ríe al verlo intentar usar la niebla ante ella e intentar huir.
— L-limpiaras el salon y diras que ya hice mi parte.
— Underwood, eres mal actor para ser un sátiro que busca semidioses. — Los ojos del joven sátiro se abrieron de golpe ante sus palabras y parecía que pronto se quedaría sin aliento, la pelinegra saca un cigarrillo de su pantalón y lo enciende sentándose en uno de los bancos del salón. — ¿Te envió Lupa o Quiron? Qué tonta, como podría ser Lupa cuando ella solo recibe a los más "aptos". Seguro fue ese viejo centauro, aún sigue trabajando en ese basurero que llama campamento ¿No?
— ¿Lupa? ¿Quiron? Bueno, yo...
— Seamos honestos, pequeño sátiro, puedo ver tus pezuñas y cuernos desde aquí y ese mal intento tuyo de usar la niebla conmigo, habla muy mal de ti querido.
— ¿Q-Quien eres? ¿Como supiste quien soy?
— Samantha Crawford, un placer. Ahora ¿Que haces aqui en este horrible colegio? — Ella no era especialmente famosa como otros hijos de su padre pero los dioses en general si que conocian quien era ella.
— No eres semidiosa ¿Cierto?
— Mi madre era humana y mi padre es un dios si eso es lo que quieres saber. — Dice sacando una paleta azul de su chaqueta.
— Pues...tu aura es extraña para ser semidiosa.
— Eso no es importante ahora mismo, sino sacar a esos niños de este patetico lugar.
— ¿Te refieres a los Di Angelo? ¿Que interes tienes en ellos? — Samantha rodo los ojos, no recordaba que los satiros de Quiron fueran tan chismosos.
