— Nunca en toda mi vida, imagine trabajar en un local barato de Portland — dice mientras coloca los frutos secos en la báscula — Me agradabas más cuando vendías plantitas verdes para indigentes.
— No es barato y no tienes por qué ayudarme, si no quieres, además, jamás vendí plantitas para indigentes — Sí, claro, se dijo Sam para sí misma. La verdad era que no deseaba arriesgarse de más escapando a otro lado y bueno, ayudar a Iris no era tan malo — La cosa pinta mal para el Olimpo.
— Si ese tonto tomara en serio a los titanes, nada de esto estaría pasando, es demasiado terco — La diosa se rio suavemente — ¿Por qué te ríes?
— Llamas terco al rey de los dioses, pero tu su hija eres igual, todos sus hijos son tercos.
— No me compares con todos esos tontos, además no me parezco a él — Que tontería, ella parecida a Zeus, tremenda broma — Eres demasiado cruel.
— Han llegado noticias nuevas — dice Iris al instante en que llega un mensaje nuevo a su iPad — Han secuestrado a Artemisa.
— Esa idiota, le dije que era demasiado arriesgado — Artemisa era demasiado terca para creer en lo riesgoso que era perseguir a Espino por su propia cuenta — ¿Y cuál es el problema?
— Apolo ha soltado una profecía, al parecer, Percy Jackson — Así que Apolo se refería a eso cuando hablaba de verse pronto ¿Ella estaba involucrada? No, ya que hacía años que esta no era una semidiosa, Iris le pasa una hoja — ¿De qué habla esa profecía?
Iris estaba siendo irónica, nunca las profecías sonaban bien, de hecho todas eran una basura hecha para torturar a los héroes. Apolo era un idiota, eso sin duda, pero no podía preguntarle acerca de eso porque lo más seguro es que ni él supiera bien de que hablaba. Pero en ese momento un pensamiento le cruzo por la mente, Nico.
— Necesito hablar con alguien.
— Ya estabas preocupándome, ve detrás de esa puerta.
Abrió la puerta siendo en primera instancia cegada por los llamativos colores arcoíris de aquella oficina, tecleo en la computadora el nombre de Nico y comenzó un mensaje con este, deseando por supuesto que se encontrara solo. Para su fortuna el hijo de Hades estaba oculto en alguna parte del campamento, Sam carraspeo un poco para llamar su atención y este abrió los ojos con sorpresa.