23. TIEMPO ATRÁS

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La mente inconsciente era algo difícil de descifrar, incluso para los hombres que se dedicaron en vida a los enigmas de la mente.

Sabiendo eso, ¿Como un hombre común sin conocimiento alguno sabría descifrar sus propios problemas?

Jungkook se encontraba sumido en la oscuridad de la ignorancia, donde el incógnito era común más las respuestas eran escasas.

La vida es sinónimo de bueno y la muerte su contraparte; y si así era para absolutamente todo ¿Porque está vida nueva significaba muerte?

Un niño que nace con todos los privilegios tiene un camino pulcro que recorrer. Cualquiera pensaría eso, pero incluso para alguien que lo tiene todo, el deseo de lo prohibido y la maldad se encuentran al acecho.

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—¡Pequeño, no corras! —exclamó la mujer que perseguía al pequeño niño. —vas a caerte —le advertía, pero aún así el pequeño la ignoraba.

Al niño le parecía muy divertido ver a la mujer cansada y angustiada por él, creía que todo era un juego y por eso reía.

—¡Vamos atrapame! —le retó entrando a la casa con los zapatos llenos de lodo.

—¡Joven amo, esperé! —la mujer corrió más rápido por mucho que estuviera cansada sabía que obtendría un regaño por no cuidar correctamente al niño y más si este hacía desastre en la casa.

Por mucho que gritará ya era tarde, pues el pequeño niño ya había ensuciado el blanco suelo con lodo, todo el suelo y lo que tocará el niño se ensuciaba.

La mujer terminó por rendirse, lo único que hizo fue caer de rodillas en el pasto mientras miraba a lo lejos como el niño tocaba los sillones y los muebles.

—¡Gané, yo gané! —el niño sonreía y brincaba, feliz por su hazaña.

—van a despedirme —soltó en un susurro, la tristeza le invadía.

Jungkook nunca fue un niño que gozará de atención, siempre buscaba obtenerla haciendo travesuras. Si sus padres no estaban los obligaría a estar.

No era la primera vez que sus padres lo dejaban en casa por ir a fiestas elegantes. Él jamás podría recordar ni contar la cantidad de niñeras que tuvo desde que nació.

—¿Qué es lo que sucedió aquí? —el padre de Jungkook preguntaba a una de las criadas que le abrió la puerta, otras dos a lo lejos limpiaban el desastre

—es que el joven amo...

El padre de Jungkook pasó su mano sobre su rostro —otra vez el joven amo ¿No tienen otra excusa? O acaso les parece bien culpar a un niño de 6 años.

—no es eso señor, es solo que el joven amo no deja de jugar.

—Es obvio que no, es un niño ¿Que esperaban?

—¿Y dónde está su niñera? —preguntó ahora la madre del pequeño.

—con el joven amo, alistándose para dormir.

—¿Como que alistándose? ¡Mi Jungkook ya debería de estar durmiendo! ¡Son las dos de la mañana! —pasando al lado de la empleada entró a pasos apurados a la casa, maldecía y refunfuñaba en el camino.

—tranquilizate cielo, hacen lo mejor que pueden —la señora Jeon, que lo seguía trato de darle un poco de calma.

—cariño no es posible que tengamos más de veinte personas trabajando para nosotros y se supone que son adultos, ellos deberían saber controlar a un niño ¿O no?

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