Alysanne Targaryen, hija mayor de Rhaenyra y Leonor Velaryon.
La única hija de sangre de Leonor Velaryon que pudieron tener, durante todo su matrimonio.
Escucha una conversación que no debía de sus padres, lo que termina haciendo que escape de ca...
No sabía cuánto tiempo había transcurrido desde que estaba volando en lomo de sus dragones. Recordaba haber pasado dos semanas viajando hasta las Ciudades Libres, donde me abasteci de comida y bebida antes de montar de nuevo en mi dragón Grey Ghost para mantener un perfil más discreto. Mientras, mi otro dragón, Cannibal, volaba a mayor velocidad en caso de que necesitara despistar a su familia en caso de que la estuvieran buscando.
Sin embargo, volviendo al punto principal, recordaba haber continuado volando más allá de las Ciudades Libres. Sabía que se alejaba lo suficiente de Poniente y las ciudades cuando el color del paisaje cambió y el ambiente se volvió más frío y hostil.
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Finalmente, decidi aterrizar en un bosque que, a pesar de su belleza, irradiaba un aire sombrío. Apenas había comenzado a caminar cuando sus fuerzas flaquearon, cayendo al suelo agotada. Antes de perder la conciencia, pudo vislumbrar la figura de cuatro personas acercándose hacia ella. Una voz misteriosa habló, mencionando su nombre.
XXX: Te hemos estado esperando, Alysanne, la verdadera dragona del mar.- dijo la voz con calma pero con alegria.
La voz y la declaración me dejaron perpleja y confundida. Aunque exhausta, mi mente se agudizó ante la presencia de estas personas, cuyas intenciones eran un misterio. Consciente de que no podía permitirse ser vulnerable en esa situación, luchó por mantenerse alerta y preparada para lo que vendría a continuación, pero lastimosamente solo pude decir una ultima cosa antes de perder la conciencia.
Alysanne: ¿Quienes son?- pregunte mientras mis ojos se cerraban.
Narrador Omnisciente.
Mientras Alysanne era cargada y llevada a una cabaña en medio del bosque por las cuatro personas desconocidas, sus dragones seguían en alerta, listos para defender a su querida jinete en caso de cualquier amenaza. La situación era tensa y misteriosa, y Alysanne se encontraba en una posición vulnerable, rodeada por aquellos cuyas intenciones aún no comprendía del todo.
En otro rincón del mundo, la familia Velaryon y Targaryen regresaban al Desembarco del Rey después de meses de búsqueda infructuosa. A pesar de sus esfuerzos y recursos, no habían logrado encontrar ni un rastro de Alysanne. La desesperación y la frustración se aferraban a sus corazones mientras enfrentaban la posibilidad de haber perdido a su querida hija y nieta para siempre.
La incertidumbre sobre el destino de Alysanne pesaba sobre ellos, y cada miembro de la familia cargaba el peso de la preocupación y la tristeza. A medida que regresaban al Desembarco del Rey, la sensación de derrota y desesperanza los acompañaba. Sabían que tendrían que enfrentar la difícil tarea de explicar la situación a otros y lidiar con el vacío que la ausencia de Alysanne dejaba en sus vidas.
Leonor: Todo esto es tu culpa. -gruñó con enojo, mirando acusatoriamente a su futura exesposa.
Rhaenyra: ¿Por qué dices eso? -preguntó Rhaenyra, lágrimas corriendo por sus ojos.
Leonor: A diferencia de Luke y Jace, a quienes les dabas todo tu amor y comprensión, a mi querida Aly la dejabas de lado. ¿Y por qué? ¿Porque era mujer? -comentó, su tono de voz aumentando por la ira.
Rhaenyra: Yo nunca quise que eso pasara. -dijo Rhaenyra entre sollozos.
Leonor: Quiero la anulación de nuestro matrimonio cuanto antes. -declaró, mirando al rey que se encontraba sentado en el trono, con las manos cubriendo su rostro en un intento de ocultar las lágrimas causadas por la desaparición de su nieta favorita.
Viserys: La tienes. -comentó el rey, retirando la mano de su rostro.
Rhaenyra: Padre... -intentó hablar, pero el rey simplemente levantó la mano para indicarle que guardara silencio.
Viserys: No quiero hablar contigo en estos momentos. -dijo mientras se ponía de pie y se alejaba del trono, dirigiéndose a su habitación en busca de descanso.
La atmósfera en la sala del trono estaba cargada de emociones intensas y la tristeza por la desaparición de Alysanne pesaba sobre todos. La familia se encontraba en un estado de desesperación y conflicto, mientras que la incertidumbre sobre el destino de su amada hija y nieta continuaba atormentándolos.
Mientras tanto, Alysanne estaba en un lugar completamente diferente, rodeada de enigmas y desafíos que aún no comprendía por completo. Su destino se había separado de su familia y la había llevado a un territorio desconocido y peligroso. Su lucha por descubrir la verdad detrás de las personas que la habían encontrado y su camino por delante serían difíciles y llenos de obstáculos, pero Alysanne no se rendiría. Con su determinación y la lealtad de sus dragones, estaba dispuesta a enfrentar lo que fuera necesario para descubrir la verdad y encontrar su camino.
