En los albores de la década de 1910, en el territorio coreano, una sociedad rígida y prejuiciosa dictaba sus normas con mano de hierro. Aquellos que se atrevían a ser diferentes, a desafiar las convenciones, eran marginados y despreciados. En medio...
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El sonido de unas campanas resonó por el lugar tomando por desprevenida a la beta quien le explicaba que debía hacer. Tomo al menor de la muñeca y lo llevo al cuarto especial en dónde todos los del personal se reunían cuando se trataba de visitas o cuando el mismo Líder queria hablar con ellos.
Taehyung no dijo nada y solo se dejó hacer, cuando la beta lo soltó noto como estaban varias personas que por sus prendas supo que eran más como las Omegas que había visto y la señora Cho. Todos acomodados en hileras, en total siendo una tres hileras de diez personas, quedando menos ya que habían reemplazado al personal según otros.
Frente a él estaba un Alfa Castaño de espaldas mientras intercambiaban palabras con otro Alfa, sus ojos lograron dar con cierto peli plateado, Taehyung lo reconoció enseguida por su estatura y color de cabello, además de que esta vez sus feromonas no estaban siendo tapadas por supresores.
"El día de hoy se encuentra Jeon Jungkook, después de seis largos años de nuevo está aquí con nosotros" comenzo Park Jimin llamando la atención de los otros, que al escuchar aquel nombre hicieron una corta reverencia. "El punto es que la mayoría sabe que se encuentra la Omega del Este junto con su hermano"
Después de aquellas palabras un largo silencio se hizo presente.
"Necesito que se encarguen de la limpieza del jardín de la casa blanca, está descuidado" retomo la palabra el peli plata. "También necesitamos un paje, se que esto no debería tomarse tan a la ligera pero necesitamos uno ya y estos deben pasar por una prueba, la limpieza de las demás habitaciones dentro también será necesaria"
Taehyung analizaba las palabras del Alfa plata frente a él, hasta que su mirada cayó con él que se encontraba al lado del mencionado. Antes no le había prestado mucha atención pero ahora que se encontraba ahí las feromonas que emanaba el hijo del Líder le parecían agradables. Nunca le había gustado los aromas de los Alfas, de los pocos que había conocido.
La mirada del castaño también se poso en su dirección ambos conectando miradas por unos minutos. Jungkook se quedó sorprendido al ver los orbes zafiro de nuevo, desde aquel encuentro en las calles de Ámbar pensó que ya no lo volvería a ver, supuso que el chico había escapado o que aún peor, lo tenían.
Jamás pensó que lo encontraría ahí, la pregunta que tenía en mente era, ¿cómo había llegado hasta ahí? ¿Tenía amigos o familia que trabajaban para él? Tenía mucha curiosidad por saber más acerca del Omega y el único color en sus ojos que solo hacían que le fuera difícil apartar la mirada y es que sus feromonas llegaban hasta el haciéndolo quedar estático en su lugar mientras llenaba sus pulmones de aquel aroma.
Se veía más tranquilo a comparación de aquel día que lo vio por primera vez, su rostro estaba neutro y su mirada también estaba fija en la suya, Jungkook solo quería acercarse y hablar con él, había algo en ese Omega que le llamaba demasiado la atención.
