Deseo

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Aprendiamos una coreografía mientras mis 2 amigas Lara y Dana tomaban ese día su clase de prueba. Nos reíamos y tratábamos de seguir al instructor frente a nosotras durante toda la hora, acompañada de chistes y varios tropiezos.

"Si estoy yendo demasiado rapido por favor háganmelo saber" repetía constantemente Kaleb a nuestras espaldas.

Ese día en especial, sentía que brillaba como nunca. Creo que tener a mis dos mejores amigas acompañándome ayudo bastante a ello, me sentía muy cómoda y feliz.

Pude sentir que mi coach lo noto. Ya que no dejaba de lanzarme miradas durante toda la hora. Unas que me hacían sentir sumamente nerviosa y que no pude evitar.

Al terminar la clase mi amiga Lara le hizo platica al coach, agradeciendo por el baile, ya que la clase le había parecido muy divertida.
Me acerque a ellos y observe los movimientos de Kaleb. Se pasaba la mano por el cabello y me regalaba miradas cada que le respondía algo a mi amiga.

Nos despedimos de el, y mientras subíamos a mi carro, mis amigas comentaron que estaba bastante guapo. 

—Me encanta— les confesé con una sonrisa.
—¿Y?, ¿Que harás al respecto?— Me replico Dana desde el asiento de atrás.
—Nada— finalice y eche a andar el carro. 

Nos disponíamos a salir de la lujosa torre cuando vimos pasar a Kaleb caminando por la acera.

—Pues eso esta por verse— amenazo la imprudente de Dana.
Y antes de que pudiera hacer algo para evitarlo, bajo la ventanilla y gritó al instructor, quien se detuvo en seco al vernos.

Se acerco al carro mientras las mejillas se me coloraban por el atrevimiento de mi amiga. Mientras que Lara en cambio solo soltaba risitas burlonas.

—¿Quieres que te dejemos en algún lugar?
—No se preocupen puedo caminar, no es muy lejos— respondió con una preciosa sonrisa, como solo el sabia expresarlas
—Ninguna molestia, anda siéntate acá adelante yo me paso atrás— respondió apresurada Dana a mi lado cediendo el asiento.

 Las mire furiosas en lo que Kaleb daba la vuelta al carro.
Ya me la pagarían mas tarde.

Mi instructor se subió y me dirigió una mirada divertida. Pero al segundo, cambio a una mucho mas coqueta cuando cayo a la altura de mis piernas. Mientras  las recorría lentamente con la vista.

No se como explicarlo, pero sentí que me estaba desvistiendo con esos enormes ojos castaños, que me tentaban a hacer cosas que no podía ni explicarme a mi misma. 

Eche a andar el carro y seguí sus instrucciones sobre a donde dirigirme.
Estábamos por llegar cuando vimos un Carls Jr en la esquina.
Mis dos amigas chillaron que morían de hambre, rogándome que parara por una hamburguesa. A lo que Kaleb confirmo que el también le apetecía una. 

Estacione el auto y nos bajamos a la tienda, mis dos amigas adelante y él y yo detrás. 

—Esto no es muy sano después de la clase profe— me burle con ironía pronunciando esa palabra de manera pausada.
—Eres una alumna muy mala— me susurro al oído, en un tono inconfundible mente coqueto.

Pare en seco y decidí terminar con todo, en ese mismo momento.
Mis amigas habían entrado a toda prisa al restaurante, por lo que solo quedábamos el y yo bajo la intensidad de las estrellas de esa noche.

—Deja de hacer eso.

Cruce los brazos y pareció sorprenderle mi reacción. Ya que dio un largo paso hacia mi, mientras preguntaba burlonamente un; ¿Dejar de hacer que?

—Coquetear conmigo, se que tienes novia. Así que abstente.
—¿Me has espiado alumna?—sus ojos me recorrian con intensidad. Mientras viajaban por mis labios y mi cuello. —No te hagas ilusiones tu y yo nada que ver

—Eso quería dejar claro, tu y yo nada que ver— respondí repitiendo las mismas palabras. Mientras me acercaba mas a él, en un intento de amenazarlo con la mirada y parecer mas ruda. 

Escuche su respiración agitarse y desde ese ángulo, a unos centímetros de mi, pude distinguir otro pequeño aro en su labio, de un color plateado resplandeciente.

Pase mis ojos descaradamente y pareció darse cuenta al instante. Pues soltó una sagaz sonrisa mientras los acercaba lentamente hacia mi.

¿No quieres probarlos?

Tomo mi cuello con su mano y acaricio mi cabello mientras formaba un nudo en su mano.
Sentí que mi cuerpo me fallaba y no reaccionaba ante nada.
Como si estuviese embriagado con alguna fuerte sustancia cuya reacción, no permitía que pensara o hiciera nada lógico.

Sentí mi pecho golpear con fuerza y al oler su perfume de menta, todo en mi vista se nublo. 

Caí hechizada ante sus dulces encantos mientras juntaba nuestros labios en un intenso beso, que se veía cada vez mas avivado a medida que apretaba mi cabello con su puño. 

Pase mi lengua a su boca en el preciso momento en que soltó un suspiro.
Estiro su otra mano y rodeo con ella mis caderas. A una peligrosa altura que podía terminar por tocar mi trasero.
Lo rodeo mas fuerte y me acerco a sus piernas, permitiéndome imaginar el tamaño del bulto bajo sus deportivos negros. 

Sentía que estaba en un trance, uno delicioso y lleno de deseo en donde no existía nada mas que nuestros cuerpos unidos en un exquisito beso, que se alargaba con el pasar de los segundos.
Uno en donde nuestras lenguas no paraban de avivar las ganas de desvestirnos fuera de ese restaurante. 

Y nos separamos únicamente cuando escuchamos a mis amigas reír a nuestras espaldas. Pudiendo ver en la cara de Dana una sonrisa de oreja a oreja que gritaba a los cuatro vientos "luego me lo agradeces"

Vi a Kaleb y temí que se tornara incomodo el momento, pero en su lugar, el sentimiento fue otro. Uno que nos hacia sentir mucho mas unidos, con una sonrisa de complicidad y unos ojos lujuriosos que sabían que eso no seria lo único que probaríamos del otro. 

Oh dios, ayúdame porque creo que haré algo muy muy malo

El arte de KalebDonde viven las historias. Descúbrelo ahora