Las semanas transcurrieron con normalidad.
Mis amigas estaban organizando un viaje al extranjero desde principios de año, y no dejaban de recordarme en el grupo semana tras semana, que cada vez faltaba menos para en esperado viaje navideño.
Las clases de baile cada vez me costaban menos trabajo. Así como el sentimiento en mi pecho hacia mi instructor. Qué cada vez se veía mas como un recuerdo lejano de lo que no pudo pasar entre nosotros.Todo iba perfecto, hasta esa fatídica noche de Halloween.
La cual, decidió caer este año en nada mas y nada menos que en miércoles. Por lo que, al terminar la clase. Todos los de la academia iríamos a tomar algo como celebración.Pensé mucho en si debía ir o no. Pero sinceramente, no solía salir mucho. Me la pasaba 8hrs sentada en mi trabajo frente a un monitor, y las otras 2hrs que me quedaban sin contar los traslados, era para leer.
Fuera de los días de mis clases de baile, no solía convivir con nadie mas.
Así que me dispuse a levantarme los ánimos y obligarme a salir aunque sea esa noche, ademas... Victoria la de recepción era muy linda, y comenzaba a confundirme la manera en que se acercaba a mí. Por lo que esa noche me armaría de valor y le preguntaría de frente.
Al terminar la coreografía de ese día, preparamos nuestras mochilas y nos dirigimos a un bar que estaba en el edificio contiguo. Cuyas bocinas retumbaban al ritmo del reggaeton tan fuerte, que teníamos que gritarnos unos a otros para poder decir algo.
Andrea la dueña, era muy simpática, y se ofreció a pagar la primera ronda de bebidas por su cuenta. Después de ello, comenzamos a pedir caballitos de tequila unos tras otros, que se empinaban en nuestras gargantas como si no hubiera auto control alguno de nuestra parte.
Para el quinto caballito, yo ya estaba bailando muy pegada de Victoria. Quien no paraba de hablarme al oído con toda clase de chistes que solo me estaban haciendo pasar un muy buen rato.
Senti la mirada de Kaleb verme de pies a cabeza, y con esa cantidad de tragos, no podia evitar pensar que se veia irresistible.
Su perfecta y definida quijada era un chiste de muy buen gusto hacia la belleza.
Y se enmarcaba a la perfección bajo su cabello largo y lacio como el carbón.
Y su alta y delgada figura, le daban esa elegancia de pasarela que me volvia loca."Basta, deja de comértelo con la mirada. Estas bailando con Victoria" me dije a mi misma girándome a ella y posando mis brazos sobre sus hombros.
Noté al instante que olía a fresa, y eso me encanto.
Tenia un rostro angelical, y unas curvas delgadas. Que le terminaban por dar una armoniosa representación de lo que sería una princesa actual.Me sonrío nerviosa, y decidí evitar el momento incomodo de que no sucediera nada entre nosotras esta noche.
Así que tome las riendas y me acerque a besarla en un tierno beso. Sus labios tenian el mismo delicioso sabor que su olor, y no pude dejar de imaginar hasta donde serian capaces de explorar por mi piel.
La sujete de la cintura, y su boca se abrió un poco mas, soltando un dulce gemido. Que me animo a introducir mi lengua y convertirlo en un beso mucho mas placentero.
La temperatura del lugar estaba subiendo con demasiada rapidez, y la cantidad de caballitos que siguieron llegando despues de eso no ayudo en mucho.Para el septimo caballito, ya no podia distinguir lo que estaba bien de lo que no. Estaba dispuesta a desvestir a Victoria en esa misma pista frente a todos si me lo hubiera permitido. Sin embargo, la imagen del cuerpo de dioses de Kaleb seguia apareciendo en mi mente.
No estoy orgullosa de lo que paso despues, pero culpo en parte proporcional al alcohol por darme el valor de hacer aquello.
Salimos del lugar tomados de los hombros para evitar caernos Kaleb, Victoria y yo. Y seguiamos cantando al ritmo de las sordas canciones de fondo que se volvian cada vez mas lejanas conforme caminabamos al auto.
—¿No nos dejaras ir solas en uber, cierto Kaleb?— decía Victoria en una risilla que delataba su alegre estado.
—Con la cantidad de alcohol que ingirieron ni loco las dejaria. Las llevo hasta su casa.Victoria señalo su pecho —A mi departamento, Emma pasara la noche ahi— su comentario me tomó por sorpresa, ya que toda la noche había actuado un poco mas timida con todo ello, pero sonreí aceptando la curiosa invitación.
Kaleb arqueó una ceja acusatoria, que termino por relajarse en una sonrisa mientras nos abria la puerta del vehiculo.
El trayecto fue un tanto incomodó. Yo era la copiloto, asi que me dispuse a equilibrar la tensión del ambiente con unas cuantas canciones en su Jeep.
Comenzó a sonar un tema de Bad Bunny, y Kaleb me dirigió sus hermosos ojos mientras recordábamos la coreografía que habíamos montado con esa canción.
—Debí haber metido un salto al final.
—¡Estas bromeando, si de por si así estaba dificil!— chillé mientras movía mi pie al ritmo de la música.
—Cierto, hubiéramos pasado ocho clases montando la para que te saliera- lo pellizque ofendida, y soltó un grito que me termino contagiando una risa burlona.Dios mio Kaleb, eres tan guapo que debería ser ilegal.
—Es en estas torres a la izquierda— señaló Victoria desde el asiento de atrás, mientras me regalaba una mirada de complicidad y yo se la regresaba.
Pasamos por la caseta, y nos dirigimos a la primera y enorme torre del lugar. El complejo parecía bastante caro, pero como nos había explicado la misma Victoria en el camino, podía pagarlo solo porque su padrastro era dueño de la inmobiliaria, y gozaba de buenos beneficios por ello, como el alquiler del lugar casi a la mitad de su precio.
Kaleb nos acompaño hasta arriba, para asegurarse de que pudiéramos mantenernos en pie, y una vez que entramos al apartamento con muebles de cuero y azulejos blancos, comenzó a despedirse.
—Las veo el lunes— sonrió y tomo la manija de la puerta.
Me gire sobre mis talones y recorrí el lujoso apartamento. Pase por la cocina con barra de granito a mi derecha y llegue hasta la sala del lugar. Con un precioso balcón que daba una increíble vista a la ciudad de noche.Me senté en el sillón de cuero marrón y me deje impregnar por el olor de la habitación.
Olía al perfume de fresa de Victoria.—O si quieres... puedes quedarte— escuché decir a Victoria.
No pude pensar en nada, la verdad es que lo deseaba, incluso igual que como deseaba en ese momento a Victoria.
Y lo que pasó después, esta un tanto borroso en mi mente.Solo se que los ojos de Kaleb se llenaron de lujuria mientras cerraba lentamente la puerta, y que, una vez en la habitación del lugar. Victoria y yo nos quedamos embobadas observando su escultural figura llena de tatuajes, por el torso y espalda perfectamente esculpidas.
Había besos sabor a fresa, y otros sabor a menta y madera.
Sentí las caricias de Kaleb mientras me tomaba por la cintura y me posicionaba encima de sus piernas, mientras entraba sin piedad y control dentro de mi.
Y seguido de eso, las deliciosas caricias de Victoria terminaban por llevarme hasta el cielo y de regreso.
Tenia lo mejor de los dos mundos para mi, esa misma noche.
Y ambos parecían estar ante mi total voluntad y merced. Con sus deliciosos cuerpos desnudos bajo las mantas, y una cantidad de besos y gemidos, que hasta el dia de hoy, me vuelven loca de tan solo recordarlos.
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El arte de Kaleb
Teen FictionEmma inicio clases de baile como Hobbie. Sin saber que su instructor estaría representado por la imagen misma de la belleza. Una historia de un bailarín que no puede reprimir el deseo que siente hacía su alumna favorita.