IMPERIO [Todo vale en el amor y en la guerra]

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Luego de la charla que tuvieron la noche anterior, Joaquín y Adelaida, cada uno se fue a sus apocentos a descansar. Después de muchos años sin verse, su conversación fue extensa. Hablaron sobre lo que hicieron durante el tiempo que no se vieron, gustos literarios, música, reinos vecinos y también sobre el gran baile que habría la noche siguiente. Pero ninguno se atrevió a mensionar algo del compromiso.

Ninguno quería hablar del tema, aún.

Adelaila al amanecer siguiente todavía seguía pensando en su conversación con el principe Joaquín, y estaba también intrigada por Jastbael, quien se suponía que ese lo vería la noche anterior había vuelto.

Ella no se animó a preguntarle sobre él, sabía que no tenían una buena relación de primos/hermanos. Desde niños se tenían un odio mutuo, ella fue testigo.

Tras terminar de prepararse para ir al gran comedor para desayunar se preguntó si ambos estarían allí, esos príncipes al parecer tenían la costumbre de no aparecer. Bueno, a Joaquín ya lo había visto, ahora solo faltaba Jastbael, y la princesa Celeste, su amiga de la infancia.

Llegando al comedor, a los primeros que ve son a los reyes, a Joaquín y a Celeste.

Jastbael no estaba con ellos.

Al verla entrar, Celeste se levanta de su lugar, emocionada y la abraza.

__¡¡Lai!! Todavía no creo que estés aquí ¡¡Te extrañé tanto!!

Adelaida le devuelve el abrazo.

__¡También te extrañé Cele!

Los reyes miran conmobidos ante la escena del reencuentro de ambas princesas tras diez años sin verse.

Sin dudas es un bello momento.

__Déjala Cele, la vas a ahogar__Dice Joaquín.

¿Acaso estás celoso por tu posible futura esposa, hermanito? Pensó Celeste y sonrió con burla en su mente.

__Tu hermano tiene razón__Habla Saturna__No la aprietes tanto o nos quedaremos sin prometida para el futuro rey.

¿Quién será el futuro rey? La duda invadió la cabeza de todos y en ese momento la reina se arrepintió de aquellas palabras que había dicho. Todavía no decidían quién sería el rey, el tema era delicado.

Ambas tomaron asiento.

La comida era diferente a la del día anterior. Se veía deliciosa y al probarla confirmó que era cierto.

__¿Vendrás al baile de esta noche, Lai?__Celeste preguntó para aliviar el momento incómodo que se había formado debido a las palabras de su madre.

__Claro que vendrá__La reina contesta por ella__Es la invitada de honor.

__Allí estaré, su magestad.

La reina sonríe amable.

Mientras desayunan hablan de las posibles guerras que podrían tener en un futuro. Entre esas, está la enemistad que Filemón tiene con Ralaph, rey de un pueblo con mucha prosperidad y un gran armamento de soldados bien entrenados. Una guerra contra él sería la ruina para muchos. Es por eso que por ahora Filemón mantiene las cosas en calma.

Un enemigo poderoso, que si llega a enfrentar le costará caro.

Todos hablan de algo, todos excepto Joaquín quien sólo se dedica a observar a Adelaida. La noche anterior la había visto y habló con ella. Pero en ese momento le pareció más hermosa, ahora que la luz del día la iluminaba podía contemplar mejor su belleza.

En un instante, ambos cruzan miradas y esta vez los dos se quedan viendose fijamente. El tiempo parecía detenerse, y fue como si sólo ellos estuvieran allí. Pero no duró más que unos segumdos, Joaquín desvió la mirada y trató de no pensar tanto en ella.