Epílogo

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Las hojas secas de los árboles caían desde el cielo y cubrían las calles de Nueva York. El otoño había empezado y en su compañía había llegado un clima más frío que había provocado que los habitantes buscarán refugio entre sus ropas más cálidas.

Tony no debería estar ahí no era su mundo pero ya no importaba, había perdido la noción de quién era o de qué estaba bien y que estaba mal  sus ojos estaban vacíos, sin vida, atado a un destino que no era el suyo por los caprichos de un hombre que en otro universo lo había amado pero que tras perderlo sucumbió la locura y se obsesionó con él dejando el amor de lado solo para obligarlo a quedarse a su lado incluso contra su propia voluntad.

Apoyó una mano sobre el cristal, sintiemdo el frío sobre su palma mientras su mirada seguía fija en el exterior viendo como las personas pasaban, unas más apuradas que otras, unas simplemente disfrutando de la tarde.

Cada uno concentrado en sus propios temas mientras él estaba ahí, encerrado pero ni siquiera podía sentirse mal por eso.

Simplemente ya no podía sentir nada. Su corazón murió el día que descubrió la verdad, el día que Stephen se negó a escucharlo, el día que lo obligó a irse con él y desde ese día había permanecido atado a él, sufriendo.

Perdió su vida, su identidad y todo lo que alguna vez tuvo para pasar solo a hacer el reemplazo de un Stephen que se había obsesionado tanto que fue incapaz de ver el daño que estaba causando a quién supuestamente más amaba.

No estaba enamorado de él, estaba enamorado de la idea de traer a Tony de vuelta y fue incapaz de aceptar su realidad así que decidió invadir una que no le pertenecía y tomar cuanto quería de ella, incluso vidas de personas inocentes. La vida de su propio yo, la de aquel médico y la de Tony, solo para poder poner el juego a su favor.

Despegó la mano de la ventana y una lágrima se deslizó fuera de uno de sus ojos resbalando lentamente por su mejilla.

Todo lo que podía sentir ahora era dolor.

Anhelaba volver a casa pero ya ni siquiera estaba seguro de alguna vez haber tenido una de verdad, toda la vida que había formado con tu Stephen había resultado una mentira, un truco bien organizado y diseñado solamente para atraparlo en un destino que no le pertenecía, en un destino planeado por alguien más.

No había nada de justo en aquello pero ahora era su vida y lo que quedaba de él, lo poco que quedaba de él solo quería volver a casa y acabar con toda esa pesadilla aunque en su interior sabía que era imposible.

La puerta se abrió dejando ver al hechicero llevando una bandeja de comida en sus manos y la colocó sobre la mesita que había en el centro de la habitación Tony ni siquiera se giró para verlo hasta que lo escuchó volver a salir.

Observó la comida sin ningún apetito y volvió su mirada a las calles de la ciudad, deseaba estar afuera pero ya sabía que no se le permitiría.

Su cuerpo se quedaba ahí pero él ya había muerto en vida desde aquel día.

Solo había sido una víctima más de aquella obsesión y debía pagar con todo su dolor los errores de alguien más, los errores de alguien que jamás debería haber conocido.

Pudo haber tenido una vida larga y feliz pero entonces Stephen lo encontró y se encargó de arruinar todo para él y convertirlo en un objeto personal que podía poseer, un objeto con el cual podía llenar el vacío que se había creaod al ver a Tony morir.

𝒓𝒐𝒎𝒖𝑻 | 𝑰𝒓𝒐𝒏𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora