▪︎Último Pendiente © • [Completa]

Extra: Lo que siempre merecí

Ha vivido más que cualquier ser vivo o humano. Vivió lo suficiente para entender cosas que las personas normales no podrían por su vasta y, a la vez, efimera vida. Conocí al tipo más fuerte y valiente, se puede decir, y a los más debiles y cobardes.

Pero ese chico pelirrojo con esos pendientes que me aterrorizaba mirar  fue una sorpresa, al igual que su hermana.

Siempre buscaba una cura, cura solo para su condición del sol, que él y su hermana estuvieran vivos fue un gran "imprevisto". Pero ellos fueron unos sobrevivientes. Tanjiro. Nezuko.

Dejando lo obvio, ha muerto y ahora realmente estaba donde merece. Solo tiene que dar un paso ante ese fuego ardiente. Igual no tenía otra opción, por sus pecados le corresponde arder en llamas, si se negara sería arrastrado hacia él de todos modos. 

Siguió aturdido por la compasión que le dieron en su último día de vida. Sabía y estaba conciente que no merecía nada, pero cuando estuvo en el núcleo del Kamado mayor simplente se dejo estar, no podía negar la oferta. Él deseaba que fuera por siempre, pero solo se quedó una semana, no solo su presencia lastimaba a Tanjiro, sino que también a su familia. Era un virus que arruinaba todo lo que tocaba y la única cura era su total eliminición del mundo vivo.

Su última conversación con el Kama- Tanjiro simplemente imcremento su peso, y aunque poco siente culpa, estar en el núcleo de Tanjiro le abrió los ojos, ahora tenía una vista más panoramica de la  situación.

Él fue un egoista y un narsicista, ya no se trataba de curar su condición, sino de poder y ÉL sentirse grande, superior al resto de demonios y humanos u otro ser vivo de la tierra. Antes odiaba luchar siempre para vivir, después, cuando ya casi nada amezaba su vida, siguió luchando estupidamente con un enemigo que pudo haber evitado desde un comienzo.

El infierno resultaba un castigo tan misericordioso para su punto de vista, por eso miraba dudoso la llama.

"¿Sería esa llama el castigo que se merece?"

Hasta sintió que su ego fue golpeado, imaginó que hubiera una mundo en llamas, gritos y oscuridad. Sí había oscuridad, pero la falta de gritos y la precoz llama frente a él lo hace subestimar su propio castigo y con el a Dios. Merece más, más dolor, mucho más.

Pensando mejor, puede ser también eso lo que hace al castigo más frustrante para él. Porque él siempre pidió más, mucho más, lo mereciera o no.

Sabe que fue un mierda, y no hay pero. No tiene ninguna justifición.

Ahora tocaba lamentar toda su vida, todo lo fue y no pudo ser, todo lo que pudo haber sido y quizo. Todo lo que tiene y no. También todo lo que mereció o no, merece o no, O tal vez lo que merecía o no.

Sus pies se movieron, listo mentalmete, sabiendo lo que es y no es. Es y fue una persona de mierda. Y con ese pensamiento se dirige al  fuego, sabiendo lo que es, fue y no.

Entró en la llama, y sintió como su piel se quemaba pero no lo hacía, condenado a arder.

Gritaba lleno de dolor, pero no pidió ayuda ni una sola vez.

Kibutsuji Muzan arderá por siempre, como siempre mereció.