La llave del grifo corría mientas el agua cae a mis manos, heché un poco de agua en mi rostro sintiéndome más fresco y tranquilo, en eso, un chico con mirada afilada que se encontraba a un lado me alcanzó una servilleta mientras me daba una mirada comprensiva, agradecí y salió inmediatamente, mis mejillas se tiñeron de rojo por la vergüenza de ser descubierto en este estado.
Salí y caminé por los pasillos, saludando a uno que otro conocido, mientras que a la distancia miraba a Jungkook junto a Taehyng, hablando anergeticamente, y como ya es costumbre, ellos dos atrapados en una burbuja invisible donde nadie entra, única y exclusiva de ellos.
- hola amor, hola Tae.
Saludé tranquilamente mientras me sentaba alado de mi novio.
- hola, cariño. - sonrió y besó mi mejilla.
Anteriormente ese pequeño afecto me provocarían mariposas, el día de ser igual a todos se convertiría en uno de los más felices y sonreiría bobamente sin parar. Eso hasta que vi el brillo en tu mirada, la forma en que agarraste dulcemente sus mejillas y como acariciaste sus labios susurrando un secreto que únicamente tu y el conocen, me di cuenta que nunca me tratarías igual.
Por que se que no soy el único en esta relación.
Aunque eso tal vez ya lo sabía desde un inicio, solo no quería ser consciente.
- toma, este es mi regalo, lo siento por no dártelo ayer - sonrió tímidamente mientras rascaba la parte de atrás de su oreja.
Agradecí con una pequeña sonrisa mientras destapaba la cajita color roja, mostrando una pequeña cadena de oro con un koala colgando, tan bonita que mi emoción se convirtió en algo notorio, dando en respuesta una pequeña risa de parte de mi novio, Jungkook.
Caminábamos hacia nuestros salones en total silencio, agarrados de la mano y mi pecho arde con intensidad, los vellos de mis brazos y piernas se erizan mientras su dedo pulgar acaricia el torso de mi mano.
Pero aún y todas las emociones que atraviesan mi mente estando a su lado, aun hay una pequeña pregunta que me carcome, día a día, hora con hora, segundo tras segundo, matando lentamente mi ser.
Mi pecho se encogió repentinamente al recordar, arraigando una sensación deprimente, mientras que mis manos comenzaron a tener pequeños espasmos que probablemente Jungkook ya ha notado.
La inseguridad está envenenandome, ¿Lo hago o no?, ¿Estaré realmente preparado para la respuesta que muy en el fondo ya conozco?, probablemente dirá que estoy loco, que ya he perdido la cabeza mientras niega todas mis sospechas. (Que dejaron de ser sospechas hace unas horas)
Creer a que negará mis dudas me tranquiliza un poco.
- Oye Jungkook, quisiera hablar, ya sabes, tu y yo...
Susurré lo último, mientras mis ojos inevitablemente giraban hacia el chico castaño que estaba a su lado, viendo sin interés su teléfono. Pareciera que captó increíblemente rápido, asintiendo sin dudar.
No hay prisa alguna y las clases en este momento pasan a segundo plano, suspiro pesadamente mientras trato de preparar mi mente y corazón para lo que se aproxima, por un segundo trato de no ahogarme en la desesperación.
Los pasillos se encuentran vacíos, la mayoría de estudiantes se encuentran en clases por lo que el ruido de nuestros zapatos es lo único que rebota por las paredes, logrando hacer eco.
Los latidos de mi corazón se escuchan tan claros ante mis oídos que da miedo, miré a los alrededores mientras me paraba enfrente de él, buscando un punto fijo para evitar la intensidad de sus pupilas.
No puedo.
Realmente me estoy arrepintiendo de esto.
- ¿Tú... realmente me sigues amando?
Solté al aire, el nudo creciente de mi pecho me impiden decir más que esa simple oración, la tranquilidad del ambiente se distorsiona, como si hubiera lanzado una piedra a la tranquilidad de un profundo lago, puedo observar el cambio de tu rostro, la serenidad que siempre te encargas de mostrar se transforma sorpresa y tal vez un poco de ¿culpa?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
