Capítulo 1

48 8 0
                                    

Tenía cinco minutos de haber despedido a dos de mis alumnos, trabajaba en una escuela internado con alumnos de seis a dieciocho años, pero los niños menores de doce años no vivían en la escuela, sus padres regresaban por ellos al final del horario escolar. 

Estaba por ir a los dormitorios con mi hijo de cinco años para cambiarnos de ropa e ir a los comedores cuando al menos doce hombres entraron con armas, algunos portaban ametralladoras y otros armas cortas.

Me agaché y tomé a mi hijo entre mis brazos. Dos de los hombres armados cerraron la puerta principal y otros comenzaron a caminar a través de los pasillos cerrando ventanas y trayendo al resto del personal de la escuela y a los niños al vestíbulo principal.

Nos quitaron los teléfonos celulares. Nos obligaron a ponernos de pie a todos.

Todos los hombres armados nos rodeaban. Pasaron al menos treinta minutos donde no sabíamos que hacer ni que querían. Algunos niños comenzaron a llorar.

Mi hijo pequeño, a quien tenía tomado de los hombros frente a mí, también comenzó a llorar. Me atreví a agacharme junto a él y ahí fue cuando me encontré con unos intensos ojos azules por primera vez, era un hombre no mucho mayor que yo, alto y con el cuerpo bien trabajado, vestía una chaqueta negra y playera gris, el resto de su ropa era negra.

-Shhh -intenté tranquilizar a mi hijo-. Tranquilo.

-Es que quiero ir al baño -dijo él

-Escucha, ¿puedes aguantar un momento más? No creo que estos hombres quieran dejarte ir al baño pero tranquilo, no vamos a estar mucho tiempo aquí. Van a rescatarnos pronto.

-No estés tan segura -dijo una voz detrás de mí y me dí cuenta que era el mismo hombre de mirada intensa, yo respingé del susto-. ¿Qué tiene? -dijo señalando con el mentón a mi hijo y era un pésimo momento para notarlo pero me fije en que era guapo, no era sólo un delincuente de ojos azules, el resto de sus facciones también eran atractivas. ¿Por qué un tipo como él terminaría dedicándose a esto? Siempre he pensado que la gente guapa tiene más posibilidades de lograr objetivos en la vida, porque la sociedad la apoya.

-Quiere ir al baño -me atreví a decir y a penas salió mi voz

-¿Es tu hijo? -me preguntó y yo me atreví a asentir 

-Los acompaño -dijo seco y nos hizo una seña con un arma en mano para avanzar por el pasillo

Lo iba a hacer, cuando en ese instante el jefe del grupo se acercó.

-¿Qué pasa? -dijo interrumpiendo 

-El niño quiere ir al baño, los iba a acompañar 

El jefe soltó una risa sonora y yo me estremecí de miedo.

-No, no. Déjalo -miró al hombre de ojos azules-, vamos a divertirnos.

-¿Quieres hacer pipí? -dijo agachándose frente a mi hijo a quien yo tenía tomado de los hombros nuevamente 

Este asintió con miedo y yo temía aún más. 

-Tráeme un vaso -le dijo al hombre de ojos azules 

-No es necesario, Carl -respondió-. Deja al niño.

El jefe sonrió y noté que tenía dos dientes metálicos.

-No te metas

-Por favor... -comencé a decir pero el jefe rápidamente me apuntó con su arma

-Cállate -y definitivamente lo hice. Quería salir viva de esto y aun más quería mantener con vida a mi hijo

Mía (AU Robert Lewandowski)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora