10 • ¡Ring!

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—¿Quién es?

—Es Hyunjin... Seguro Minho le pasó mi número.— dejó su teléfono a un lado— No importa.

—¿Le vas a responder?

—No, ya no. La última vez que hablé con él quería que le mandara las fotos que te envié a tí... No sé por qué, pero eso me pareció un poco grosero. ¡Y sí!— interrumpió al castaño, quien parecía que quería decir algo— Sé que las fotos en un inicio eran para él, pero ¿que reaccionara así y sólo me escriba para eso? No lo sé, no me parece bien.

—Tienes razón, se lo perdió.— posicionó su mano sobre el muslo del menor, acariciando gran parte hasta pasarla por su entrepierna.
—Dime que desde que nos besamos perdiste el interés por él.

—En realidad ese no es el motivo-

—¿Pero acaso no ayudó?— soltó apretando un poco su mano— No sólo quiero tener sexo contigo... Quiero conocerte más, Yang Jeongin... ¿Me dejas?

—Espera, ¿quieres qué-?

—Creí que era obvio... ¿Tú no quieres?

—Puede ser...

—Entonces, ¿harás lo que te pedí?

—¿Tanto lo quieres ver?

—Sí, y mucho.

—... Como quieras— susurró mientras se ponía de pie y daba unos pasos para alejarse.
Se giró en dirrección a Seungmin y suspiró hondo, preparándose mentalmente para lo que estaba a punto de hacer.

Sujetó los extremos de su camiseta con ambas manos y las subió hasta arriba para poder quitársela. Moría de pena. Seungmin no le despegaba la mirada, esa que era tan penetrante que hacía que sus nervios aumentaran más. El castaño mostró una leve sonrisa cuando Jeongin arrojó la prenda al suelo, haciendo que este último desviara la mirada y terminara cerrando los ojos. Ahora, bajó sus manos al cinturón que ajustaba su pantalón. De repente, el cinturón se había vuelto un obstáculo, o simplemente todo era producto de los nervios.

Seungmin se levantó de la cama y caminó hasta llegar justo trás él. Apoyó la cabeza en el hombro del contrario mientras sus manos recorrían su cadera, hasta llegar al centro. Se Inclinó un poco para ver, y luego comenzó a desabrochar el cinturón con más tranquilidad, lográndolo rápidamente. Seungmin se alejó y esta vez caminó para hacerse frente a él.
Jeongin sacó el cinturón por completo y desabrochó su pantalón, bajándolo de una vez.

Alzó de nuevo la mirada en cuanto Seungmin se quitó la camisa. Sentía que no podía moverse.

Seungmin se acercó bruscamente hacia él, parecía que hubiera estado aguantando las ganas de tocarlo, porque lo besaba con intensidad y sus manos no podían dejar de moverse y apretar la cintura del pelinegro.
Bajó a su cuello, empezando a dejar besos y mordidas involuntarias. Dieron unos pasos sin saber bien a dónde iban, hasta que Jeongin chocó con su mesita de noche.

Seungmin se apartó de los labios del menor e hizo que se diera la vuelta.— Apóyate en la mesa.

Ni siquiera le dieron ganas de cuestionarle nada, sólo lo hizo sin rechistar.

—Dije que quería ver cómo te tocabas... Pero prefiero darte placer yo. ¿Puedo hacerlo?

—Deja de hacer tantas preguntas así, mierda.

—No tienes que tratarme de esa manera— dijo posicionando ambas manos en cada lado de la cadera del chico, haciendo leve fuerza.
—Sólo quería saber si estabas seguro.

—Lo estoy, Kim Seungmin...— murmuró en respuesta, para luego llevar su cuerpo hacia atrás en busca de contacto, cosa que recibió.

Seungmin apretó a quien estaba sosteniendo antes de bajar su ropa interior para poder dirigir su erección hacia la entrada del chico. Estaba siendo delicado al meter su miembro lentamente, hasta que el pelinegro soltó un gemido que hizo que Seungmin añadiera velocidad y comenzara un vaivén dentro de él, donde el mayor jadeaba cada que iba profundo y Jeongin hacía un gran esfuerzo por sostenerse. El placer que sentía hacia que quisiera soltarse, pero no podía.

Los gemidos del más alto se intensificaban a la misma vez que embestía con más fuerza. Sintió que llegó a su punto cuando el contrario gritó.

—¡Ah! S-sí, ¡ahí! ¡Seungmin!— exclamó, cosa que hizo que este se moviera más rápido.

El teléfono de Jeongin, que estaba sobre la cama, comenzó a sonar. Parecía que no estaban dándose cuenta de esto, hasta que el propietario del teléfono lo hizo. Giró la cabeza hacia de dónde venía el ruido, pero inmediatamente volteó de nuevo en cuanto el castaño le dió una nalgada que hizo que se rindiera.

Sonó por unos segundos más, pero el tono de llamada se camufló por el ruido del constante choque de la mesa contra la pared y los fuertes jadeos de ambos.

Seungmin dió una última embestida, con fuerza y brusquedad. Sacó su miembro del interior del contrario y se tomó un minuto para descansar.

—¿Q-quién llamaba?— preguntó el menor, dándole el permiso de ver de quién era la llamada perdida.

Seungmin caminó lentamente hacia el teléfono, tomándolo para encenderlo.— Es un número desconocido. ¿Será Hyunjin?

—No lo sé...

—Si tanto quiere que le mandes algo... ¿Qué tal si le envío un vídeo de cómo te follo? Puede que le guste.

Jeongin soltó una leve risa.— Gracioso...

—Ven aquí, siéntate.

Dejó de apoyarse en dicha mesa y enderezó su espalda. Caminó para llegar al lado de Seungmin, sentándose sobre la cama. El mayor se levantó y se hizo frente a él.
—Abre las piernas.

—¿Qué? ¿S-seguirás?

—No, quiero hacerte un oral.

«Dios mío»
—¿Es en serio?... Me dará algo en cualquier momento, Kim Seungmin.— parecía un poco sorprendido por la idea, pero de igual manera hizo caso y separó sus piernas.

—Tranquilo, esto es mejor que tocarte a tí mismo— dijo con una sonrisa antes de colocarse sobre sus rodillas.

Un leve jadeó escapó de su boca en cuanto sintió humedad sobre su miembro, humedad que fue esparciéndose cada vez más a lo largo de su parte íntima. Un par de segundos después, comenzó a sentir el calor de la boca del castaño.
Pasó su mano sobre los cabellos del chico, jalándolos sin querer debido a que no pensaba con mucha claridad. El chico comenzó a mover su cabeza de adelante hacia atrás, mientras aún usaba su lengua.

Oh, esa bendita lengua hábil que tiene Seungmin.

Bendito error, bendito Minho y bendita su manera de haber agendado a Kim Seungmin, el chico al que siguió enviando mensajes subidos de tono sabiendo que era él, no otra persona.

El chico con quien ahora quería tener algo más.

10/10

Hot messages | SEUNGINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora