Una historia que tristemente se repite

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La semana pasada leí dos noticias tristes que me dejaron reflexionando acerca del acoso y la fama. Dos jóvenes coreanos talentosos y famosos dentro de su ámbito, decidieron quitarse la vida tras años de tolerar acoso cibernético. Me quedé pensando que a dónde quedó nuestra empatía por otro ser humano, porque más allá de ser gente pública, son personas que sienten y se lastiman como cada uno de nosotros que los seguimos. Es muy sencillo decir: "mira ya subió de peso", "canta desafinado y mal", "no es gracioso lo que hace", "no sabe lo que dice", etc. Es muy sencillo criticar el trabajo, el aspecto y la vida de otra persona sin saber todo el esfuerzo y sacrificio que hay detrás. Es muy fácil decirle "ya subiste de peso" cuando a la mejor tuvo que ser sometido a dietas rigurosas durante mucho tiempo y esa persona sólo quería comer como cualquiera de todos nosotros. Es tan fácil criticar su mala actitud durante un instante como si uno de nosotros nunca hubiera tenido un mal día o como si nunca hubiésemos cometido algún desliz. Si bien la fama implica dejar de lado una vida personal privada, no implica que esta deba ser analizada o cuestionada. A fin de cuentas lo único que debe interesarnos es el trabajo que nos entregan y que es la razón principal por la cual los admiramos y seguimos. Siempre he dicho que si algo no te parece sólo pasa de largo.


Seamos siempre respetuosos con la vida y el trabajo de otra persona; pensemos bien antes de emitir una crítica mal intencionada - que es diferente a emitir una opinión, que no se confunda-, porque nunca sabremos qué fibra sensible se pueda tocar en ese momento, no sabemos la repercusión de nuestras palabras, no sabemos si nuestro comentario fue la gota que derramó el vaso e hizo que alguien perdiera su lucha contra el acoso. No hagamos que nadie más extinga su luz por cuenta propia, porque cada una de ellas es tan preciosa como la nuestra.


luna_azul46 / Staff CNBLUEMexicocom


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