Viviendo peligrosamente -COMPLETO-

Capítulo 9: Control

El sonido de una alarma sacó a Daphne de su sueño reparador y lo convirtió en un desagradable estado de vigilia.

Se demoró debajo de la manta durante unos minutos, acumulando energía para levantarse y poniendo excusas por las que aún no lo había hecho. Gracias a su nuevo estado en el Escuadrón Inquisitivo, podría estar exenta de asistir a ciertas lecciones si así lo desea. Nunca fue un privilegio que ella aprovechara, su asistencia fue casi tan importante para ella como sus calificaciones, pero a medida que los días se volvieron cada vez más desfavorables, eso se estaba convirtiendo en una restricción cada vez más difícil de mantener.

Hogwarts estaba empeorando. Nunca bastante insoportable, pero solo flotando por encima del término por la piel de sus dientes. Ella simplemente no podía entrar hoy, fue tan fácil. Perdería los plazos, las nuevas tareas y se quedaría atrás instantáneamente de todos en su clase. Pero extrañamente, por primera vez se encontró sin preocuparse.

Lenta pero constantemente, se sacó de la cama y se metió en el aire fresco de la mañana.

Se necesitó mucho para estropear su orgullo académico, pero el profesor Umbridge lo había logrado. Nadie dijo que se suponía que la escuela fuera divertida. Estaban aquí para obtener sus marcas principalmente y cualquier otra cosa era irrelevante, esa era una verdad que a menudo se había dicho a sí misma. Pero ahora que estaba viviendo una vida tan estéril y basada en la ley, se encontró dudando si este era realmente el futuro por el que se había esforzado. Por supuesto, ella debería estar disfrutando esto. Ella era la llamada Reina del Hielo, después de todo. Ese era el nombre que le habían dado.

Pero ahora que vivía en un mundo tan personalizado para ella, se encontró dudando de lo que solía hacerla feliz. Las reglas no eran divertidas cuando todos las seguían. Obtener altas calificaciones no tenía sentido si todos los obtuvieran. Hacer la tarea temprano porque era obligatorio no era lo mismo que hacerlo por su propia voluntad. A Daphne no le disgustó el nuevo régimen del profesor Umbridge debido a lo que le estaba haciendo a la escuela, no le gustó porque ya no la hacía especial. Ahora no era mejor que nadie.

Ella, por supuesto, todavía entraría. Los tiempos oscuros pasarían, e incluso si no lo hicieran, ella era más fuerte que ellos.

Había una razón por la que las tardes con Potter se habían convertido en una ocasión tan importante para ella. En un mundo hambriento de todos sus tonos, se había convertido en su única fuente de color.

Cuando se dio la vuelta a la esquina en el séptimo piso, fue con un salto innegable en su paso. Potter y ella no habían logrado una sesión de estudio en unos días, ambos terminaron demasiado cansados después de las lecciones o simplemente no pudieron ponerse en contacto entre ellos. Hoy se había pasado una pequeña nota entre ellos durante una lección ocupada. Eso había sido todo lo que necesitaban; tonterías indescifrables para el ojo inexperto, pero ella había sacado una hoja del libro de Tracey en ese frente.

Pero para su sorpresa, Potter no fue el único presente en el corredor.

Se alejaba de la Sala de Requisito con un grupo de rostros a su alrededor, la mayoría de los cuales ella podía reconocer. Sus amigos habituales en su mayoría, el fango, Weasley, el joven Weasley, alguien que no conocía y luego una chica que, a juzgar por completo por las apariencias, era probablemente el infame Cho Chang.

"Eso estaba enfermo, hombre!" Weasley dijo mientras le daba palmaditas a Potter aproximadamente en el hombro.

"Realmente estás entendiendo el papel de maestro ahora, ¿no?" Granger preguntó, claramente impresionado con algo que había hecho.

Al lado de Potter, Chang lo llevó a un abrazo lateral.

"Lo hiciste genial, según."

Daphne se puso de pie incómodamente. Las demostraciones públicas de afecto y ella nunca tuvieron una buena historia.