Escritora: Mhely_Jeon
Género: Romance +18
El matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer, es la celebración del amor de una pareja que quiere formar una familia. El matrimonio es sagrado, significa eternidad.
Y para Kim HyeRi eso significaba todo
Pero a diferencia de todas esas creencias y de su manera de ver esa unión tan significativa, su matrimonio era una completa farsa.
Toda su vida había soñado con casarse, con enamorarse y entregarse en cuerpo y alma a ese hombre con el que compartiría sus penas y alegrías. Ese hombre de ensueño que le daría una familia, con el que compartiría su vida entera. Pero todos esos sueños de niña pequeña se fueron al demonio hace un año y medio, cuando la decisión fue tomada.
Una decisión que fue matando sus esperanzas de a poco, sus ilusiones.
Kim NamJoon era el chico perfecto, ese hombre de ensueño con el que siempre se había imaginado esa vida soñada. Ante los ojos de Kim HyeRi, lo era. Desde niños siempre había sido de ese modo.
Para HyeRi, NamJoon era ese Príncipe Azul del que su mamá siempre le hablaba en esos cuentos que le contaba antes de dormir cada noche.
Pero ese fue precisamente su error, pensar que NamJoon sería ese Príncipe para toda la vida, cuando fue él precisamente quien rompió todas sus ilusiones con tan solo palabras.
Se conocían desde pequeños, debido a la cercanía de sus familias y desde niños congeniaron perfectamente bien, tanto así que eran inseparables. Eran los mejores amigos; su amistad y la confianza que ambos se tenían era impenetrable, de tal modo, que se contaban cosas que nadie más, ni siquiera sus padres sabían. No podían ocultarse absolutamente nada, mucho menos la atracción que sentía ambos desde que comenzaron a entrar en la etapa adolescente.
HyeRi confió precisamente en esa atracción que sentía por él y en la atracción que pensó que Kim NamJoon sentía por ella, pero solo fueron unos rápidos segundos para que todo quedara destrozado.
—Choi HyeRi, ¡deja de pensar por un segundo en ese hombre por dios!
El pequeño grito que dió su amiga a su lado la hizo sobresaltarse y salir de la ensoñación que tenía con el hombre con el que convivía desde hace año y medio.
—Creo que te equivocas, YuNa. Es Kim HyeRi —respondió acomodándose mejor en el gran sofá de su recámara, haciendo énfasis en su apellido de casada— Además, ¿puedes dejar de gritar por un momento? Me duele la cabeza horrible.
—Pues déjame decirte Hye, que para mi seguirás siendo Choi HyeRi —recalcó— Porque para mi ese matrimonio no es válido y mucho menos después de saber la clase de poco hombre que es tu marido.
Y fue en ese momento cuando todos esos recuerdos comenzaron a golpear fuertemente en la mente de HyeRi, uno tras uno, mientras lágrimas traicioneras bajaban por sus ojos.
Cada palabra hiriente, cada insulto e incluso las palabras dichas por él hace año y medio, retumbaban en la cabeza de la peligris, encogiendo aún más su corazón herido.
¿Qué pasó, pequeña Hye? ¿Creías que cedería ante tus "encantos" y tendría una romántica historia de amor contigo, como lo sueñas en tu cabecita? No seas ilusa, princesita.
Aún recordaba la manera tan insensible en la que las palabras salían de la boca de aquel chico, sin importarle en lo más mínimo el hecho de que estaba destruyendo el corazón de la en aquel entonces pelinegra. Ella solo había sido sincera, tan solo quiso confesarle sus sentimientos a ese chico encantador por el que se sentía atraída, enamorada. Pero nada resultó como ella imaginaba, y el solo hecho de haberlo visto follarse a una de las porristas del equipo de fútbol americano en uno de los salones del instituto y haber escuchado las duras y crueles palabras del chico, bastó para caer en la realidad y darse cuenta de que ese amor que le pintaba su madre en esos tiempos no existía, era solo eso; un cuento de hadas.
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One shot's | Namjoon (Varios autores)
FanfictionEste apartado es completamente dedicado a nuestro líder RM, esta idea surgió de nuestro grupo relacionado con Wattpad, en esta sección se publicara cada que se hagan estas dinámicas. De antemano agradecemos a todas nuestras escritoras y lectoras, si...