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— ¿Estará bien? — ¿Ethan? —

— Lo estará pero recomiendo que se quede uno a dos días más — comentó una voz desconocida— Si me comentas que la señora ha estado expuesta a altas situaciones de estrés entonces solo es un desmayo por esa misma causa.

— ¿Qué tal salieron sus exámenes?

— Todo en orden, no hay nada de que preocuparse.

— Gracias doctora — escuché la puerta abrir y cerrarse en cuestión de segundos — Ya se que estás despierta.

Las palabras de Ethan hicieron que sonriera un poco, me conocía tan bien — No quiero hablar con nadie a menos que sean tú o Kristen.

— Kristen ya debe estar llegando — me sonrío y pude ver en sus ojos un ligero destello de lástima hacia mi — Me hubieras dejado enterrarlo vivo, ya sabes que tengo contactos, nadie habría encontrado su cuerpo.

— ¿Y dejar a un niño sin padre? Mi conciencia no me lo permitiría aunque agradezco el dato.

Ethan y yo éramos amigos desde la infancia. Nuestros padres habían sido grandes amigos en vida y papá le tuvo mucho cariño hasta el día que murió. Por eso teníamos la misma confianza de hermanos de sangre y con su esposa Kristen, era igual. Ahora ellos dos eran lo único que me quedaba. Mis padres habían muerto y los padres de Ethan se encontraban en otro país así que sólo contaba con ellos dos a mi lado.

— ¿Qué harás con el departamento? — me pregunto mientras se sentaba a un lado y ponía su mano en mi espalda —

— Lo venderé, no quiero tener ningún recuerdo de él y no pienso regalárselo para que viva con Jaquelín y su... — la palabra no salía de mi boca — ¿Por que ella y yo no? — las lágrimas amenazaban con volver a escaparse — ¿Sabes cuánto me esforcé por tener un hijo? Quizás Miguel tiene razón y debí esforzarme más —tape mi rostro con mis manos—

Ethan no dudo en abrazarme — ¡Ey! No hagas caso en nada a lo que ese idiota dijo, sabes que no es así, tu diste lo mejor de ti en ese matrimonio ¡Fue por él que acabará! Tu no tienes la culpa de nada.

— Pero Ethan...

— Pero nada, no quiero que te culpes pensando que tienes alguna responsabilidad sobre todo esto —suspiro— Mad, una infidelidad no es un error, es una decisión.

Asentí intentando calmarme y también lo hice para que Ethan no se siguiera angustiando sin embargo en mi interior seguía pensando que quizás debí haber hecho algo más ¿Y si hubiera...? Y luego recordaba que el hubiera no existía.

Kristen y Ethan se encargaron de los papeleos mientras yo me retiraba del hospital y me dirigía al hotel más cercano que podía encontrar. Caminaba por las calles y podía observar a algunas parejas melosas a mi alrededor, la tristeza volvía a invadirme y la sensación de sentirme insuficiente.

¿Qué hice para que dejara de amarme? ¿Cuándo dejó de amarme para comenzar a odiarme? ¿Dónde quedó todo el cariño que un día juro tenerme? ¿Qué pasaría ahora conmigo? ¿Cómo me recuperaría de todo esto? Un divorcio no estaba en mis planes y menos una infidelidad.

Una lágrima fugaz se deslizó por mi mejilla mientras caminaba por el pasadizo. Me sentía mal, tenía ganas de gritar y simplemente desaparecer de la faz de la tierra, la presión que sentía en mi pecho solo seguía aumentando más y más.

« Estás seca, Madison »

Las palabras de Miguel volvían a retumbar en mi cabeza.

« Debiste esforzarte más, mira a Jaquelín. »

No.

« Por eso me quedo con ella. »

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora