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Creado:03 de agosto 2023
La temperatura y los gemidos encerrados en aquel auto aumentaban la calentura de aquellos dos jóvenes, la muchacha saltando sobre el regazo del albino, y el gozando de aquel cuerpo que lo hacía llegar al cielo.
Los gemidos cada vez eran más fuertes y agudos por parte de la femenina, el agarre que tenía en los hombros del hombre para seguir saltando cada vez se debilitaba más. Toda fuerza que ella tenia en un principio se esfumó, sus piernas comenzaron a temblar y un fuerte cosquilleo apareció en su abdomen bajo.
─¡Satoru voy a venirme! ¡a-ah! ¡Dios mio! ─Gemia sin parar la muchacha como si nunca hubiera follado alguna vez con el.
Satoru al ver como ella iba perdiendo más la cordura se dio por querer terminar el trabajo el. Tomó las caderas de aquella mujer con sus manos dando un fuerte apretón en esta, causando que la castaña dejará de moverse.
─Solo mirame a los ojos cuando te estés corriendo. ─Ordenó Satoru y comenzó a mover sus caderas.
No necesita tanta fuerza para que su polla alcanzara el punto dulce de la castaña, sus embestidas rápidas y profundas hacían llorar de placer a la castaña.
Ambos hicieron contacto visual, los hermosos ojos azules que cada día más la enamoraban emanaban lujuria pura.
Y derrepente todo se calmó y el interior de la muchacha se llenó de un líquido caliente y el torso del muchacho se sentía mojado. Ambos habían llegado al punto que tanto deseaban.
Sus respiraciones eran torpes y muy rápidas, en sus rostros se pudo apreciar una sonrisa de oreja a oreja y no tardaron mucho para juntar sus labios en un beso lento y apasionado.
De pronto el teléfono de ____ sonó, ella se estiró a tomarlo pues este estaba en el asiento delantero junto a una bolsa de pan.
Mierda
─¿_____ donde carajos estan? ¿llevamos media hora esperándolos para poder desayunar? ─Escucho decir a su hermana en cuanto contesto la llamada.
─Eva ya, ya vamos para allá ¿si? El auto de Gojo se daño llegando a la panadería pero en quince minutos llegamos.
─Te mataré si no es asi. ─Y sin mas, Eva fue quien finalizó la llamada.
─Tenemos que apurarnos, Eva esta muy enojada. ─Explicó ____ mientras acomodaba toda su ropa.
─Si cuñadita lo que usted diga. ─Ahora fue Gojo quien hablo en un tono burlón ganándose un leve golpe por parte de la mencionada.
Ambos cuando terminaron de arreglarse bajaron del auto, de la parte trasera para ser más específicos y volvieron a subir pero ahora en los asientos de adelante.
El camino a casa fue tranquilo, ambos jóvenes charlando como si nunca se vieran sabiendo que el albino iba cada día a ver a su hemana, o según eso decia el, ya que siempre terminaba enrollado con la hermana de alguna u otra forma.
