Parece como si hubiera sido ayer nos hablábamos en Facebook sin intención alguna de conocernos, pero han sido ya tres años desde entonces hasta el día de hoy, sólo nos saludabamos, nos deseábamos un lindo día, tarde o noche, hasta nos desebamos una feliz Navidad, y nos felicitabamos cuando cumpliamos años, pero sólo eran publicaciones...
¡EL TIEMPO PASA VOLANDO!
Aun que esa no es la razón por la que inicia esta historia, no me pasaba por la cabeza si quiera conocerte o salir algún dia contigo, hasta que estuve frente a ti, por esos llamados:
"ENCUENTROS CASUALES"La corrinte fluía a nuestro favor ya que el año pasado era cuando mas te frecuentaba en la calle.
Siempre ponías un pretexto del por qué andabas transitando las mismas calles que yo, que por si necesitaba compañía durante el camino hasta llegar a mi casa, que habías perdido mi número telefónico, que si se te olvidaba invitarme a comer el otro día, que si deseaba salir contigo a passionata y así, siempre tenías algo que decirme.Recuerdas... ¿Cuándo te encontré por coppel?
Había ido a comprar tortillas, me dijiste que estaban arreglando tu moto, después caminamos hasta llegar a mi casa, cuadra tras cuadra íbamos platicando, haciéndonos maldades, molestandonos, contando chistes, siempre me hacías reír.
Sólo éramos "UNOS DESCONOCIDOS INTENTANDO CONOCERNOS"
Había algo en ti, que me llamaba mucho la atención, algo que me atraía hacía ti, no, estoy segura de que no era tu riquísimo perfume, ni tu bella personalidad, ni siquiera era tu manera de dirigirte a mi cada vez que nos encontrábamos por las calles, no, no sé que era, nunca lo sabré, nunca lo supe.Siempre teníamos un tema de conversación, a pesar de que fueron muy pocas las veces que "TE ENCONTRABA CASUALMENTE", siempre me sacabas una sonrisa, a pesar de que por esas fechas tenía pensamientos MUY LOCOS {sólo tú sabés cuáles}, tenía problemas muy graves en y sobretodo problemas conmigo misma, tu siempre me alegrabas el día, tarde, noche, madrugada hasta con tus mensajes, bastaba un simple hola para correr por el celular a contestarte.
Así como fueron pocas las veces que te veía en la calle y charlábamos, también fueron pocas las veces que solíamos develarnos hasta la madrugada platicando, siendo honesta no creí que con el paso del tiempo te convirtieras en mi alegría, en mi total felicidad, pasaron los meses, descuidamos un poco nuestra amistad, ya no te veía y si te veía era de lejos, no te podía ni saludar, ocho meses, si, ocho meses de espera para que nuevamente te encontrará "CASUALMENTE" en el zócalo,
Recuerdo perfectamente la fecha, una tarde de sábado el 28 de febrero del 2015, estabas bajando del AU (autobús), de pronto te veo de lejos, empezaste a caminar, no puedo definir la alegría que sentí cuando te vi acercándote hacia mi, pero me percaté de que aún no me veías, hasta que te acercaste más y alzaste la mirada viéndome con cara de sorprendido, me saludaste, estábamos en el kiosco, solo diálogamos un par de palabras, entonces me preguntas que si tenía hambre, te respondí un si.
En ese momento es cuando empieza nuestra historia,
-Vamos a comer pizza-
-Adelante, ¡vamos pues!- respondí y a senté con la cabeza.
Caminamos unas cuadras hasta llegar, jamás imaginé que la pizzería fuera de tú mami, me abriste la puerta, pasamos, hasta moviste la silla para que yo me sentará, te portaste tan caballeroso, tan lindo.
Ya sentados empezamos a hablar de nuestros gustos, de nuestras vidas, casi casi te conté todo de mi, jajaja jamás lo olvidaré ese día comí pizza como nunca antes, y solo era mediana de 8 piezas, me comí 4, hasta me dabas de la tuya ah entonces no fueron 4 fueron 5, jajaja morí, finalmente me la pasé super a tu lado esa tarde, hasta me presentaste a tu mamita, tan linda, a tus hermanos mayores, entonces supe que eras el más baby de la familia Rodríguez.
Afuera de la pizze estaba el señor que vendía helados Holanda, uy mmm mis favoritos,
-¿Se te antoja uno?- pregúntaste con amabilidad,.
-¡¡¡Claro que sí!!!-respondí feliz.
Entonces salimos, más tarde me llevaste en la moto, el paisaje era lindo, te detienes en la orilla de la carretera, no me pasaba por la mente que me preguntarías que Sí aceptaba andar contigo, te vi triste cuando te dije que no, que necesitaba tiempo.
Partimos de ahí tu no me hablaste,
-¿te molestaste?- pregunté con curiosidad.
-No, claro que no, te daré el tiempo que necesites- dijiste un poco desanimado.
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Querido diario...
Teen Fictionpequeñas historias, ojalá te identifiques con alguna de ellas.