Daniel Humphrey.
Desperté con alguien tocando mi puerta fuertemente. Tenía dolor de cabeza y cero ánimos para lidiar con alguien que no sea mi hermana o un buen remedio para la jaqueca. Suspiré y miré mi ropa en el espejo antes de abrir. Me veía desfavorable en cualquier aspecto, ya debía de cortar mi cabello.
Abrí la puerta y era Nathaniel Archibald. De la nada, todos comenzaron a sentir interés hacia lo que el estúpido Dan Humphrey hacía o no hacía, que decía o que no decía. Esa hipocresía comenzaba a molestarme, no vi a mucha gente a mi lado cuando a mi madre le detectaron cáncer, ni cuando tuve que verla bajo tierra en el funeral.
-¿Qué crees que haces, Dan?- Preguntó él claramente enfadado.
-No lo sé, ¿respirar en mi apartamento?- Dije con sarcasmo al ver como entraba con demasiada confianza a mi hogar. Cerré la puerta detrás de él, no quería discutir.
-¿A qué estás jugando, eh? ¿Te das cuenta de lo tensas que están las cosas por allí?- Cuando dijo "por allí" supe que se refería al mundo de Serena, uno anhelado por mí desde que lo recuerdo. Ya no lo hago. No pertenezco allí, y lo aprendí a las malas, muy malas formas.
-No estoy jugando a nada, Nate-. Lo miré mal.
-¿Entonces por qué todo el mundo dice que dejaste a Serena porque sigues queriendo a Blair? Pff, ¡es absurd..!- Se frenó, y sus ojos se abrieron un poco más. Posó su mano en sus labios, cerrando la boca, tragando saliva. -No puede ser...- Yo mordí mi labio mirando hacia otro lado. -Dan, ¿tú no...?-
-Ya basta-. Hablé cansado.
-Dan, por favor...- Pidió de forma rezongona. -Pensé que ese asunto estaba terminado. Debes superar a Blair, ella está muy feliz haciendo su vida con Chuck, que te recuerdo, es mi hermano y tu amigo-. Asentí con la cabeza.
-Ya lo sé...-
-Entonces, ¿por qué dejaste a Serena si nunca tendrás chance con Blair, Dan? ¿Acaso Serena no es digna de tu amor?- Me reclamó.
-Rompí mi lazo con Serena porque no merece que mi corazón no lleve su nombre-. Confesé. -Intenté prohibirme sentir esto, pero no pude. La volví a ver en el museo y lo supe, Nate, yo...-
-Un segundo, ¿ustedes dos se volvieron a ver?- Recriminó.
-Fue días antes de acción de gracias. Ella no me vio, pero yo lo hice. Estaba admirando una estatuilla de mi artista favorito, y... lo sentí en todo mi cuerpo. La quería conmigo...- Iba a continuar expresando mis sentimientos, pero sentí un frío y duro puño en mi cara, más precisamente en mi boca. Sentí ardor, pero sorprendentemente no sangró. Me sostuve la cara y observé al hombre.
-Deja de decir estupideces, Humphrey. Aléjate de Blair y de su vida con Chuck, y ya deja de lastimar a Serena. Grábatelo en la cabeza: respeta tu lugar, sino, nos perderás a todos, y honestamente, eres demasiado cool como para no verte jamás-. Sonrió muy disimuladamente. El golpe ya no dolía. Le abrí la puerta rápidamente y lo vi irse.
Me tomé una ducha. Había cometido muchos errores. Ya estaba cansado. No fue buena idea haber vuelto y estar con Serena nuevamente. Apenas se enteraron de quien era la Chica Indiscreta años atrás, decidí hacer un viaje. Yo mentí diciendo que fue para reencontrarme, pero en realidad fue para repararme. Tenía el corazón roto. Ví dos veces a Blair casándose... casándose con alguien que no era yo. Primero Louis, luego Chuck. Dolía. Y la única que estuvo ahí fue Serena, texteándome cada día, preguntándome como estaba y pidiendo fotos de parques y amaneceres, las dos en unas si era posible. Ella me pidió que regrese a Manhattan, o aunque sea a Brooklyn y que viaje para verla. Justo coincidió que Jenny iba para ver a Eric por las fiestas, y tenerla cerca me animaba.
Pasó lo de mi madre, y volví a recaer en la tristeza. Serena seguía ahí, firme. Solo ella y obviamente mi padre y Jenny. Mi padre tenía la recamara de mi madre en perfectas condiciones, todo pulcro y ordenado, no parecía él, pero supuse que mi madre le había ordenado que lleve cosas refinadas para su estadía. Los mejores médicos parecían esclavos en el tratamiento de Alison, estaban 100% dedicados a ella, lástima que no pudieron salvarla, y su entierro fue el momento más duro que vivi en la vida.
Ahora, perdí a Blair, a Serena y a mi madre. Jenny en dos días volvería a su viaje alrededor del mundo y mi padre estaba muy ocupado en sus miles de citas para ignorar el hecho de que Alison murió. Vanessa me texteaba de vez en cuando pero estaba cuidando a su hijo en España, así que sí, estaba realmente solo.
Tomé mi teléfono.
-Hola. Sé que ha pasado tiempo, pero... quiero verte-.
ESTÁS LEYENDO
"Nunca he dejado de amarte, Blair Waldorf" (DAN y BLAIR).
Ficção AdolescenteDaniel Humphrey siempre supo que su corazón estaba loco por una sola mujer. Pero, a diferencia de todo pronóstico, no era la tan deseada, alabada y envidiada Serena Celia Van Der Woodsen. Su corazón gritaba el nombre de Blair Cornelia Waldorf, la m...